Los que viajamos con niños al principio vamos bastante despistados sobre lo que queremos o necesitamos que haya en el alojamiento que nos acoja. Puede que antes nos interesara más saber si había jacuzzi en la habitación, deportes náuticos en la playa o discoteca, pero con los hijos el asunto cambia. Poco a poco vamos aprendiendo sobre lo que debería ser un hotel amigo de los niños.
Evidentemente, este concepto cambiará de unas familias a otras, pero lo que no cambia es la manera en que un hotel recibe a los bebés o niños, si está preparado para acogerlos bien o no, si exige un desembolso económico adicional importante o no, si sus instalaciones están preparadas, si ofrece la información suficiente para familias…
Ya os hablamos en su momento de las características que deberían tener los restaurantes amigos de los niños, y en esta ocasión nos centraremos en cómo deben ser los hoteles amigos de los niños, que como podéis imaginar poco tienen que ver con esos otros hoteles que no aceptan niños, cada vez más de moda.
¿Pagan los niños? ¿Cuánto?
- Es importante que los hoteles en los que los niños son bien recibidos especifiquen en sus tarifas claramente cuáles son las habitaciones indicadas para cada familia, si disponen de camas supletorias, cunas… Y sobre todo los precios y edades de los niños a partir de las que se incrementa ese precio.
- Sobra decir que el hecho de que los establecimientos cobren más por una cuna o quieran poner a la familia separada en dos habitaciones (cobrando el doble) los aleja del concepto “hotel amigo de los niños”.
- No obstante, es habitual que los hoteles olviden estas cuestiones en su web de reservas y eso no signifique que las familias no puedan acomodarse fácilmente en su establecimiento. Por ello, los padres que escriben directamente al hotel para solicitar la información adicional deberían obtener una respuesta clara de las condiciones de alojamiento de los peques.
A la hora de comer…
- Es bien recibido por las familias que viajan con niños pequeños que los hoteles cuenten con menús específicos para ellos incluidos en la tarifa (o a precios más económicos que un menú de adulto, si las comidas no están incluidas en el precio).
- Por supuesto, estas comidas no se pueden basar, como suele ser frecuente, en precocinados, fritos y comida de inferior calidad a la que comen los mayores. Al contrario, los menús infantiles deberían cuidar la calidad y la variedad, incluyendo abundante frutas y verduras, zumos naturales, platos equilibrados… En definitiva, con las características de los platos infantiles saludables de los que os hablamos con los restaurantes amigos de los niños.
Infraestructura y servicios
- Las habitaciones y los espacios comunes han de estar adecuados al transitar de los niños, con las medidas de seguridad pertinentes, protección en los enchufes, rampas, barandillas…
- En relación al punto anterior, se impone un mobiliario adecuado: disponibilidad suficiente de tronas, cunas o camas supletorias…
- El servicio de alquiler de carritos de bebé creo que es un gran olvidado en los hoteles que reciben mucho público internacional. Viajar en avión con un carrito puede ser incómodo, y que el hotel disponga de préstamo o alquiler de cochecitos animaría a muchas familias a despreocuparse de llevar el suyo propio.
- Los hoteles amigos de los niños cuentan con un programa específico para los pequeños y para toda la familia, con actividades dirigidas a su cuidado, entretenimiento y/o aprendizaje.
- Los hoteles amigos de los niños no solo han de contar con estos servicios, sino que tienen que especificar en su web las actividades dirigidas a los niños, si cuentan con servicio de guardería, las piscinas infantiles… En definitiva, explicar todo lo que puede interesar a los padres, aunque luego no les interese o no hagan uso de algunos de esos servicios.
- Muchas de las actividades de estos hoteles son gratuitas (la animación, espectáculos…), incluidas en las tarifas por habitación. Los precios de otras actividades como el servicio de guardería, talleres específicos… debería ser asequible para convertirse en una posibilidad real para las familias que quieran utilizarlas.
- Los hoteles cuentan con información adicional (folletos, guías…) sobre actividades, museos y ocio dirigido a niños que se pueden visitar cerca del establecimiento, en la misma localidad o alrededores.
En definitiva, vemos que las condiciones que un hotel debe reunir para que lo consideremos amigo de los niños son de muy diversa índole. Que las reúna todas puede ser cuestión de utopía, pero hemos querido acercarnos a ese hotel “ideal” para familias. Habitualmente nos encontramos, más que con facilidades, con dificultades para encontrar alojamiento cuando viajamos con niños, y nos gustaría que esto no fuera así.
También habrá padres que consideren que algunos aspectos de los enumerados son superficiales, o que nos hemos olvidado otros. Os animamos a que compartáis con nosotros cuál es vuestro hotel ideal para viajar con los peques.
Fotos | prasad.om y Deborah Leigh (Migraine Chick) en Flickr-CC
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