Parece inevitable, en un momento u otro del embarazo. De hecho, a veces lo es, por mucho cuidado que lleves, por mucho ejercicio que hagas o lo hidratada que estés... los pies se acaban hinchando durante el embarazo. Pero vamos a ver cómo minimizar los riesgos, ya que no solo se trata de un problema de comodidad o de moda.
Está claro que no podremos usar nuestros tacones favoritos o esos zapatos que nos compramos la temporada pasada y solo llevamos en una ocasión. Pero los pies hinchados significan mucho más: retención de líquidos, molestias a la hora de caminar...
Y es que el edema, aunque leve o benigno la mayoría de las ocasiones, puede provocar problemas. El edema es una hinchazón producida por el exceso de líquido en los tejidos y se producen sobre todo en pies y tobillos.
El Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana ha elaborado una serie de recomendaciones para ayudar a las embarazadas a prevenir los pies hinchados durante el embarazo.
Empezamos por una clase de ejercicio que nos aportará muchos otros beneficios durante esta etapa: los largos paseos, que ayudan a mejorar la circulación. Además los profesionales recomiendan que estos sean por la playa alternando caminar por la arena mojada, por el agua y por la arena seca.
También es muy importante controlar el peso (que se encuentre dentro de los límites establecidos, no aumentar mucho, seguir una dieta saludable, equilibrada y mantener una buena hidratación) y evitar el sedentarismo. Otros ejercicios saludables pueden ser la natación, ya que en agua fresquita o templada también alivia el calor y favorece la circulación.
Recuerda también que para las embarazadas no es aconsejable permanecer mucho tiempo de pie, y hace unos días os dábamos los consejos para evitar los males derivados de esta postura prolongada. Tampoco hay que permanecer mucho tiempo sentada, pues es recomendable dar pequeños paseos cada dos horas y realizar ejercicio moderado diariamente.
Las altas temperaturas son uno de los factores que contribuyen a que los pies se hinchen, por ello hay que evitar largas exposiciones en lugares donde haga mucho calor e intentar mantener la temperatura corporal fresca (evitar, por ejemplo, las saunas en esta etapa).
El cuidado de los pies hidratándolos a diario e incluso mediante pequeños masajes y realizar baños con chorros fríos son otras maneras de lograr que los pies estén en buena forma. Dejemos los tacones o los zapatos apretados para otra ocasión: un calzado cómodo es primordial.
Antes de terminar, recordemos que si se produce un hinchazón repentino (también de manos, cara...), o aumento de peso rápido y elevado o se acompaña de dolores de cabeza fuertes, hay que acudir al médico por si se tratara de preeclampsia. Pero no te preocupes si el único síntoma es la hinchazón de pies, es muy frecuente durante el embarazo, en personas con obesidad...
En definitiva, aunque los pies hinchados durante el embarazo son uno de los problemas circulatorios más comunes, existen ciertas maneras de prevenirlos o de minimizar sus riesgos. La buena noticia es que, con el fresquito ahora que acaba el verano, la hinchazón disminuye.
Vía | Infosalus
Foto | Thinkstock
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