En nuestro Especial Verano con niños os hemos ofrecido algunos consejos para pasar esta época del año tranquilos, con las mejores condiciones de seguridad, bien hidratados y protegidos de las altas temperaturas y la radiación solar. Hoy os ofrecemos unos últimos consejos de seguridad en verano.
Revisar las nuevas zonas de juego
En nuestra ciudad seguro que estamos muy familiarizados con las zonas de juego habituales pero al llegar al lugar de veraneo deberíamos revisarlas antes de que los niños se lanzaran a jugar en ellas y estar siempre atentos cuando juegan.
Puede haber lugares donde el suelo esté inestable, un agujero, columpios en mal estado de conservación con los que pueden hacerse daño o clavarse lascas o astillas. Incluso, si hay alguna cancha de deporte, no estaría de más confirmar que se encuentra anclada al suelo de forma segura, pues es una causa de accidente que sucede en ocasiones.
Las farolas, tapas de alcantarillado y la losas de la calle pueden tener desperfectos con los que los niños, especialmente los pequeñitos, pueden dañarse.
Otras medidas de precaución básica en verano en los parques es verificar la temperatura de los columpios de metal antes de que los niños los usen, pues la superficie de, por ejemplo, un tobogán, puede llegar a quemar tras un día entero expuesto al sol.
Mosquitos
Parece ser que los mosquitos prefieren la sangre de las embarazadas y los niños y, contando con ello, parece que es conveniente tener en cuenta el protegerlos de las picaduras. Podemos optar por repelentes de insectos, pero siempre teniendo en cuenta las recomendaciones sobre las edades de los niños a los que pueden aplicarse y poniendo cuidado para que no puedan chuparlo o restregárselo por los ojos, o, decidirnos por usar repelentes naturales.
La ropa de colores neutros, transpirable pero que tape brazos y piernas, algunos aromas naturales, el evitar las horas o las zonas más propensas y poner mosquiteras en las ventanas o en las camas pueden evitar muchas picaduras.
Cuando la picadura se ha producido es importante evitar que el niño se rasque y se haga una heridita, pues, en verano, y más con los juegos en la arena o los baños frecuentes, es posible que se infecten. Lo digo por experiencia, yo suelo tener unas reacciones exageradas a las picaduras de los mosquitos y el verano pasado terminé teniendo que tomar unas dosis de antibiótico fuertes por una picadura que se había infectado.
Medusas
Cuando el agua está calentita y en las zonas donde la fauna naturalmente enemiga de las medusas ha desaparecido, pueden proliferar hasta convertirse casi en una plaga, tanto que en algunas playas han introducido una alerta para avisar a los bañistas del peligro. Si hay muchas lo más seguro es evitar el baño, pero, incluso cuando no nos lo esperamos, puede picarnos una y es muy doloroso, pudiendo producir en algunas personas una fuerte reacción alérgica.
Existen cremas que prometen repelerlas, aunque al verdad es que nunca las he usado. Prefiero huir de ellas, sin embargo, pueden ser una opción si consideramos adecuado poner este tipo de productos en la piel de nuestros hijos y siempre, por supuesto, con las recomendaciones del fabricante.
Si se produce la picadura de medusa no hay que arrancar los trozos que puedan haber quedado pegados sino retirarlos con mucha delicadeza, lavar con agua salada la zona, sin frotar, y luego aplicar hielo envuelto en un trapo y agua con vinagre. Puede ser necesario usar un antihistamínico o calmantes, pero no se debe hacer sin una adecuada prescripción médica.
Perros
Cuando llega el buen tiempo se multiplican las noticias de accidentes graves protagonizados por perros que atacan a niños. Lógicamente, el estar más tiempo al aire libre provoca un mayor contacto y, lamentablemente, siguen existiendo dueños de animales que no cumplen las medidas lógicas de seguridad, no llevan atados a sus perros ni los educan adecuadamente.
Aunque no podamos prevenir todo si es conveniente ser conscientes de que los perros no son juguetes y que no deben tocar a los que no conocen muy bien, ni acercase corriendo a ellos. Además, con los perros conocidos no es conveniente dejar de cumplir las precauciones habituales y no dejarlos solos con los niños sobre todo y mantenernos atentos a cualquier reacción extraña, teniendo presentes que, especialmente si son perros grandes, pueden causar un gran daño a un niño pequeño.
Higiene
El verano es época de infecciones y diarreas. Para prevenirlas hay que tener presente que es necesario lavarse las manos antes y después de comer o ir al baño, estando atentos a que los niños también lo hagan.
Evitemos los establecimientos de restauración que no nos parezcan higiénicos y también los alimentos que no estén bastante cocinados, especialmente en lo que se refiere a carnes y pescados.
En casa también, por supuesto, debemos cuidar la higiene alimentaria, fijándonos en las fechas de caducidad, manteniendo la cadena de frío y protegiendo los alimentos de fuentes de calor, poniendo, además, mucha atención en las medidas para evitar la contaminación cruzada que se produce cuando ponemos en contactos alimentos cocinados con otros crudos.
Esperamos que todos estos consejos os sirvan para pasar un verano maravilloso con los niños, sin peligros ni accidentes.
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