A los niños hay que limpiarles los dientes desde que les sale el primero. Cuando la boquita está completa, son imprescindibles al menos tres lavados al día. Más de mil lavados al año, y multiplica por los propios y tal vez los de los hermanitos… No es extraño que nos parezca un desahogo que los niños se laven solos los dientes.
Tal vez pensemos que con tres años los peques ya pueden cepillarse sin ayuda los dientes, pero los profesionales recomiendan que hasta que los niños tengan seis años el cepillado deben hacerlo los adultos, y después de esa edad hay que seguir supervisando el lavado.
El cepillado de dientes no es una técnica tan sencilla como parece, requiere de movimientos complejos que un niño no es capaz de reproducir en su totalidad, por mucho que le enseñemos, no han llegado al estado evolutivo que les permita realizarlos bien. Por ejemplo, los más pequeños no hacen correctamente los movimientos de arriba a abajo, y aprenden antes el cepillado con movimientos horizontales.
Enseñarles, supervisarles y lavarles los dientes a los niños
De ahí el título a esta entrada, ya que la mayoría de los que pasamos por estas páginas tenemos niños menores de esa edad. Dejar a los niños menores de seis años que se laven los dientes solos (y que lo hagan así siempre) es correr un elevado riesgo de que los dientes sufran las deficiencias en el cepillado, y aparezca placa, caries…
Pero nosotros tenemos que iniciarles en la práctica del lavado, y ellos lo harán del siguiente modo. Los pequeños, con esa posición del cepillo se frotarían de dos en dos los dientes y muelas horizontalmente (por todas sus caras, laterales y de triturado de las muelas), recorriendo toda la altura del diente e insistiendo en el punto donde comienza la encía.
Se seguirá un recorrido sistemático por cada parte de la boca, igual que con la técnica del cepillado vertical que adquirirán más adelante, a partir de los seis años, cuando dominan los movimientos de motricidad fina implicados.
En cualquier caso, creo que es importante animarles a que se laven los dientes, y sí dejar que lo hagan solos de esa manera, al menos en la primera parte del cepillado, que nosotros supervisaremos y completaremos después, repitiendo un cepillado completo correcto.
Si aún no caminan, podemos hacerlo con el niño acostado en el cambiador o sentado. Después, los niños de pie frente al lavabo (sobre un taburete, que se vean en el espejo) y su cabeza apoyada en nosotros será una buena manera para el lavado.
Ayudarles con el hilo dental
Pero nuestra tarea no acaba aquí. Recordemos que entre los consejos para el cuidado de los dientes de leche se incluía el uso del hilo dental al menos una vez al día, especialmente por la noche. La limpieza interdental una vez al día, con hilo dental o limpiadores especiales, elimina la placa de entre los dientes, donde el cepillo no llega, y es fundamental para evitar la enfermedad periodontal.
Entonces, se debería empezar la utilización de hilo dental a partir de que los dientes contactan entre sí, entre los dos y los seis años de edad, y aunque puede tardar varios años en dominar la técnica vale la pena iniciarles.
Hay que meter la seda suavemente con presión contra diente, nunca contra la encía, y pasar entre cada dos dientes, barriendo la cara lateral de uno y luego del otro diente que forman cada espacio, desde la encía al borde del diente, sin olvidar la cara posterior de la última muela de cada lado.
Parece mucha tarea, pero en realidad no supone demasiado tiempo si aprovechamos para hacer nuestra propia limpieza dental. La salud bucal de los niños bien merece que se instaure el hábito de lavarse los dientes de manera correcta. Y tal vez nos ahorremos alguna visita al dentista…
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Foto | PhotoVandal en Flickr-CC
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