He encontrado este Calendario de recompensas en una tienda que me gusta mucho: Baby Deli. Pero el concepto de este producto me parece horroroso. Afirman que se fomenta el compromiso y la responsabilidad por medio de la recompensa. Y os voy a explicar que es lo que no me gusta de esta idea.
Decidme, vosotros, cuando sois amables con vuestra familia o amigos ¿lo haceis para que os compren un buen regalo o para hacerlos felices? ¿pensáis que si a los niños les enseñamos que ser amables por un premio aprenderán a serlo por amor?
Si os fijáis las cosas que se menciona que se espera que haga un niño son puro control emocional y obediencia. Hay una clara orientación hacia la falta de empatía y la negación de la expresión de las emociones: no debe llorar , debe dormir solo, obedecer, irse a la cama, no protestar y para colmo no hacerse pipí. Es decir, debe callar, obedecer y tragarse sus necesidades emocionales y físicas solito y sin molestar.
Los premios son cosas materiales y se premia la obediencia y la pérdida de la capacidad de descargar y expresar sus emociones. Si hacen lo que de ellos se espera reciben una recompensa material : ir al cine, ver la tele o comerse una piruleta.
Me parece que todo esto crea personas sumisas a la autoridad, incapaces de expresar sus emociones naturales: codependientes y poco seguros de si mismos. Personas a las que además, la recompensa de la vida no es amor, sino objetos.
Siguiendo con el listado: la recompensa está fijada de antemano y los niños saben que si hacen lo que se les está pidiendo, la conseguirán. En el caso de que queramos que nuestros hijos hagan lo que pide el calendario, que yo desde luego no lo quiero, es que además se no se espera que sean amables, educados, empáticos o colaboradores por amor a sus padres o por el deseo auténtico de lograr una convivencia familiar equitativa. No. El premio es ver la tele. El premio es una cosa.
Los días que va cumpliendo lo prometido, por ejemplo no hacerse pipí en la camita, se le pone un caramelo en el calendario como muestra de lo “bueno que ha sido”. ¿Es esto mejor que un castigo?
La verdad, creo que no es mejor. La manipulación y la exigencia de obediencia ciega a normas que ni son adecuadas para el desarrollo normal de un niño ni para la asunción de las mínimas bases concepto de ética, me parecen tan peligrosas como mandarle cara a la pared. Por mucho fieltro de colorines que las envuelva son tan peligrosas y dolorosas como un castigo.
Via | Decopeques