Bebé de cuatro meses: todo sobre alimentación, sueño y desarrollo en el cuarto mes de vida

Bebé de cuatro meses: todo sobre alimentación, sueño y desarrollo en el cuarto mes de vida
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¡Qué deprisa crece! Ya ha dejado atrás su tercer mes de vida y ha entrado en el cuarto mes, momento en el que comienza a ser más consciente lo que se va viendo y escuchando a su alrededor, y de las personas de su entorno. El bebé sigue aprendiendo sobre el mundo a gran velocidad, interesándose por cada detalle.

Te explicamos cómo va evolucionando el sueño, la alimentación y la sociabilidad de los bebés de cuatro meses meses, cuando ya observa los rostros con mucha atención y comienza a llevarse todo a la boca.

Alimentación del bebé de cuatro meses

Lactancia 4 Meses

A esta edad, el pequeño se sigue alimentando exclusivamente de leche, ya sea materna o artificial. No necesita ningún otro alimento, ya que la leche les aporta todo lo necesario para seguir creciendo y desarrollándose normalmente, cubriendo todos los requerimientos de nutrición por sí sola.

La alimentación complementaria puede esperar hasta los seis meses, tanto si el bebé se alimenta de leche materna como de fórmulas adaptadas.

Sueño del bebé de cuatro meses

Sueno 4 Meses

Tal vez empiece a dormir más durante la noche. A los cuatro meses el bebé duerme entre unas 15 y 18 horas diarias. El bebé va consolidando sus ciclos de sueño-vigilia. Se puede acomodar el ambiente previo a la hora de dormir para establecer el sueño nocturno, con poca luz, tranquilidad, baño, música, alimento...

Sigue la recomendación de que el bebé duerma en la habitación de los padres o en su cama para poder atenderlo cómodamente cuando sea necesario (intranquilidad, hambre...).

Crecimiento del bebé de cuatro meses

Una vez más, como siempre a lo largo del desarrollo de cualquier bebé, hay que recordar que cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo y crecimiento: dos bebés nacidos con el mismo peso y alimentados igual pueden tener un peso muy diferente.

Lo habitual es que entre el tercero y sexto mes aumente entre 500 a 600 gramos al mes y crezca unos dos centímetros de altura.

Pero puede variar y seguir estando dentro de la normalidad. Así que los padres no tienen que obsesionarse con las tablas de crecimiento y deben dejar que sea el pediatra el que valore la salud del niño.

Además, lo normal es que aún no esté en edad de enseñar sus primeros dientes, pero sí podrían darse muestras de su próxima aparición: incremento del babeo, necesidad de morder...

Desarrollo del bebé de cuatro meses

Risa Bebe

Aunque no son logros estándar, a los cuatro meses es habitual que un bebé:

  • Siga con la mirada objetos y personas en movimiento cada vez más rápido
  • Observe las caras con mucha atención, centrándose ya no sólo en los ojos
  • Siga moviendo las piernas y los brazos, cada vez con más fuerza, cuando está tumbado
  • Mantenga estable la cabeza en posición erecta
  • Se mantenga incorporado más tiempo, porque los músculos de la espalda están más fuertes
  • Levante la cabeza y la parte superior del pecho, apoyándose en los brazos, cuando le colocamos boca abajo
  • Reconozca objetos y personas familiares desde lejos.
  • Coordine un poco más las manos con los ojos.
  • Controle algo más el movimiento de manos: las abre y las cierra.
  • Se empuje con las piernas apoyando los pies cuando se le coloca sobre una superficie firme.
  • Se lleve la mano a la boca cada vez más conscientemente.
  • Dé manotazos a los objetos colgantes.
  • Agarre y sacuda juguetes con la mano.
  • Empiece a distinguir entre él (lo propio) y lo que no es él (lo extraño).
  • Su visión sigue desarrollándose y a los cuatro meses el control muscular del ojo le permite seguir objetos.
  • Distinga objetos y los busque con la mirada, porque ya es capaz de ver a más distancia.
  • Dé muestras de haber entendido la relación de causa y efecto que le permite coordinar alguna acción con el resultado esperado.
  • Sea capaz de transmitir lo que quiere o necesita aún sin palabras.

Sociabilidad de un bebé de cuatro meses

Llanto Bebe

La forma de comunicación de los bebés se va perfeccionando a medida que crecen. Es muy importante que contestemos al bebé cuando éste balbucea. De esta manera lo animamos a seguir el ritmo de una conversación. No está listo para entender historias, pero disfrutará de cualquier conversación o de una canción.

Balbucea mucho emitiendo cada vez más sonidos diferentes, tratando de imitar las palabras que decimos.

A los cuatro meses aún sigue usando el llanto, pero amplía su repertorio a la comunicación no verbal. El lenguaje corporal hace su aparición con fuerza y el niño lo usa para explicarnos claramente si quiere bajar de la silla, ser tomado en brazos o dejar de comer. Incluso nos apartará la mirada si quiere cambiar de actividad.

También fruncirá el ceño por desconcierto, sorpresa o desagrado, pataleará o alargará los brazos si no quiere estar en la cuna o quiere que lo cojamos en brazos...

Cuando está contento, susurra, grita, balbucea, hace burbujitas, saca la lengua, sonríe y se ríe a carcajadas. El bebé a los cuatro meses sigue sonriendo cuando ve a sus papás y a las otras personas cercanas, a las que ya reconoce perfectamente. Quizás frunza el ceño cuando ve a personas desconocidas.

Ante los juegos y carantoñas, el bebé nos recompensará con sonrisas, y otros balbuceos felices.

A esta edad es muy importante la estimulación. Cuanto más ayudemos a explorar al bebé, más aprenderá. Jugando con él, cantándole y hablándole disfrutarán y crecerán estimulando sus sentidos. Podemos hacer sonar junto a él campanas y cascabeles, sonajeros más ruidosos, música... Las salidas al exterior, con los paseos al aire libre (protegidos adecuadamente del sol) son un gran entretenimiento para ellos.

Es aconsejable:

  • Dejarlo boca abajo (en una superficie lisa, firme y amplia), para que el bebé siga ejercitando músculos de brazos, piernas, espalda y cuello al querer incorporarse.

  • Dejar a su alcance objetos que llamen su atención para que los coja.

  • Mantenerlo en nuestro pecho o abdomen boca abajo.

  • Cogerle de los brazos y estirar suavemente cuando está acostado...

Cualquier juego en el que se sienta acompañado le hará disfrutar y aprender. Con su espalda algo más fortalecida, podemos colocarlo incorporado en una superficie segura entre cojines, usar una hamaquita o inclinar un poco el respaldo de la silla de paseo.

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Fotos | iStock y Victoria Borodinova en Pixabay

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