En este mes el movimiento constituye una de las características más importante. Por medio del control de sus movimientos ejerce la capacidad de realizar actividades más complejas.
En esta etapa alcanza un gran progreso en el movimiento de manos y brazos, la manipulación tiene en este momento gran importancia para el desarrollo del juego y del pensamiento. El bebé estira los brazos para alcanzar los objetos, con la mano abierta preparada para agarrarlos.
El niño reconoce a la madre visual y auditivamente, y adopta frente a ella diferentes expresiones de acuerdo con su estado de ánimo. Reacciona con miedo ante situaciones extrañas. Se interesa por su imagen en el espejo: al verse, se emociona y respira agitadamente.
Para estimularlo, cuando estés con él háblale con un tono de voz cariñoso, cansado, alegre para que vaya familiarizándose con los diferentes estados de ánimo de las personas que le rodean. Ponle objetos llamativos de colores brillantes. Coloca al niño frente al espejo y dile su nombre: “Aquí está Andrés”. Hazlo diariamente.
También colócate frente a él y cúbrete la cara con una tela. Apenas el bebé murmure, destápate y deja que te vea, sonríele y responde a su murmullo. Repite la acción, pronto entenderá el juego y comenzará a llamarte para que aparezcas.
Entre los juguetes recomendados para esta edad se encuentran: juguetes apilables, de encajar. Dibujos sencillos en blanco y negro, peluches.
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