Mi marido le ha regalado de cumpleaños a mi hijo mayor una Wii, y se la pasan “pipas” jugando al tenis.
Al principio, yo estaba un poco en contra de introducir las consolas de videojuegos tan pronto, pero al final recordé aquellos divertidos días en donde el pulgar me quedaba adolorido matando marcianos con mi primer Atari, y di luz verde al regalo.
El regalo ha resultado fantástico para jugar en familia. Ya se sabe que los videojuegos tienen muchos detractores. Leyendo acerca de esto he encontrado varias teorías de los beneficios de jugar a los videojuegos junto a los hijos. Entre ellos se cuenta el acercamiento y el rato agradable que pasan jugando juntos. Los videojuegos según los expertos igualan las diferencias físicas del tamaño entre los padres y sus hijos, con lo cual se sienten más dispuestos a comunicarse.
Por otro lado, algunos expertos señalan que no estimulan a desarrollar habilidades sociales adecuadas.
El beneficio también dependerá probablemente de la clase de juego. Si se escoge un juego apropiado a la edad, interactivo, participativo puede ser una manera de pasar un tiempo de calidad junto a los hijos.
Para una muestra de ello, miren a este bebé: