Una de las conversaciones más comunes cuando nace un bebé es aquella en que se habla del altísimo nivel de dependencia que tienen los bebés humanos en comparación con las crías de otras especies de animales.
No caminan ni son capaces de desplazarse por sí mismos, por lo que dependen totalmente de los cuidados de otras personas. Muchos animales, en cambio, caminan nada más nacer y tienen, por lo tanto, una autonomía mayor.
Investigadores de las Universidades Lund y Kristianstad en Suecia han estudiado los diferentes niveles de desarrollo de 24 especies de mamíferos y han concluido, al hablar del ser humano, que nuestros bebés no andan al nacer porque su cerebro no está completamente desarrollado y no es capaz de enviar las señales necesarias al resto del cuerpo para que los bebés caminen. Otro de los descubrimientos (bueno, lo anterior no es del todo un descubrimiento, pues ya hace tiempo que se sabe que el cerebro del recién nacido es muy inmaduro) es que los mecanismos neuronales necesarios para caminar aparecen en un momento similar de la gestación en todos los mamíferos.
Sin embargo, pese a esa similitud, la biomecánica de la marcha es diferente en algunos mamíferos y esto hace que el tiempo en que se comienza a andar sea diferente.
Los plantígrados, que son los animales que como nosotros apoyan el pie completo en el suelo, inician la deambulación más tarde que los animales que no apoyan el talón, como los perros y los gatos. Al parecer el caminar de los plantígrados es más complejo y precisa de un mayor desarrollo cerebral.
La falta de desarrollo cerebral es una causa importante para explicar por qué los bebés no caminan, sin embargo no se puede afirmar que se trate de un factor único. Aún cuando los recién nacidos tuvieran un desarrollo cerebral superior, carecerían de un sistema musculoesquelético preparado para caminar, por lo que estarían en las mismas.
Vía | Uno más en la familia Foto | Flickr (Carnaval King 08) En Bebés y más | Los primeros pasos del bebé, Aprender a andar