Cuando pensamos en nuestra infancia, seguro todos podemos recordar con claridad muchos momentos de ella, pero se nos dificulta recordar nuestros primeros años como bebés, algo conocido como amnesia infantil y que ya han explicado algunos estudios.
Sin embargo, el hecho de que no tengamos recuerdos de esos primeros años, no significa que nuestro cerebro no haya almacenado nada de esa época, pues de acuerdo con un estudio, los bebés son capaces de memorizar aprendizajes desde los tres meses de edad.
El estudio
Publicado en la revista Current Biology, el estudio buscaba responder una interrogante: ¿por qué si no recordamos nada de nuestros primeros años de vida, logramos aprender y retener información importante durante este tiempo, como nuestro primer idioma y cómo caminar?
Al concluir el estudio, se encontró que a pesar de que el hipocampo no está completamente desarrollado en esos primeros años, sí logra memorizar y almacenar patrones que nos ayudan a obtener y retener esos aprendizajes que adquirimos a temprana edad.
De acuerdo con el estudio, desde los tres meses de edad los bebés son capaces de memorizar patrones visuales y verbales que ayudan a formar un vínculo con sus padres. Es decir, que aunque no puedan recordar detalles o recuerdos específicos de esta etapa, sí que son capaces de recordar esa información que les ayuda a aprender.
Los investigadores comentan que el tamaño del hipocampo, que se encarga de almacenar nuestros recuerdos, se duplica durante los primeros dos años de vida, para posteriormente desarrollar las conexiones necesarias para poder almacenar recuerdos y vivencias de ciertos episodios de nuestras vidas:
"Incluso si no podemos recordar las experiencias de los primeros años cuando somos mayores, la investigación muestra que éstas se almacenan de forma que nos permiten aprender de ellas", explican.
Esto nos recuerda lo que han demostrado otros estudios acerca del desarrollo del lenguaje, en los que explican que el bebé "habla" en su mente antes de poder pronunciar sus primeras palabras, razón por la que se recomienda hablarle desde sus primeros meses de vida, aunque podamos pensar que no nos entienden.
Recordemos que durante los primeros años de vida el cerebro del bebé crece de forma acelerada formando miles de conexiones, por lo que es importante apoyar su desarrollo, pues aunque no recuerden momentos específicos, sí van registrando todos esos detalles que les ayudarán a aprender.
Foto | iStock
Vía | Mint Lounge
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