Leyendo cosas sobre antropología he encontrado una teoria, no completamente científica, pero que me ha fascinado y me he zambullido en los libros que la presentan. Se trata de la teoría del granjero y el cazador.
Esta teoría, desarrollada por un periodista americano Thom Hartmann, se enmarcaría en el concepto de neurodivesidad, que defiende que el modelo humano engloba a todos los individuos con sus diferencias, y que, con grandes controversias, se aplicaría a personas con condiciones que se concocen como trastornos de espectro autista, personas con TDHA y a los que tienen dislexia.
Voy a centrarme en explicar la hipótesis del granjero y el cazador, ya que la neurodiversidad, especialmente en lo referido al TDHA es algo que daría para muchas explicaciones a favor y sobre todo, en la mayoría de la comunidad científica, en contra.
Thom Hartmann, el divulgador de esta teoría, es autor de varios best-sellers de divulgación científica, mantiene que el TDAH tiene un fuerte componente genético y es un modelo de comportamiento que pervive desde nuestro pasado remoto, ya que sus características favorecían a los cazadores prehistóricos, por lo que se ha visto reforzado a lo largo de millones de años, siendo, por eso, una forma de reacción bastante extendida y dificilmente encuadrable como trastorno.
THDA o mente de cazador
La impulsividad, la rapidez de reacciones, la multifocalización de la atención, el temperamento enérgico, la necesidad fisiológica de movimiento, actividad y nuevas experiencias podría, según esta teoría, aportar grandes ventajas para la supervivencia en el medio que ha sido el natural de la especie humana el 99% del tiempo de nuestra vida en la Tierra como especie, la vida como cazadores.
Por ese motivo, también en opinión del autor, este tipo de comportamiento, es mucho más frecuente en el varón, pues eran los varones los que se enfrentaban a estos retos como cazadores mayoritariamente.
Obviamente, el mayor problema del TDHA se da en los centros escolares, pues, en la vida adulta, las personas que tienen este tipo de comportamiento o buscan estrategias para adaptarse a la sociedad o adaptan la sociedad a sus características, desarrollando profesiones que no exigan inmovilidad o atención centrada en un tema intelectual de forma única.
Sin duda, muchos genios que han dado a la Humanidad avances y descubrimientos, en otros tiempos, en la escuela normal, habrían podido ser clasificados como problemáticos.
El gen de Edison
Me viene a la mente Thomas Edison, a quien dediqué una entrada para ejemplicar como no siempre el modelo escolar se adapta a todos los niños y puede hasta dañar su capacidad de invención y sus necesidades.
Precisamente tomando como modelo a Edison, Hartmann ha escrito un libro que he disfrutado mucho leyendo, "The Edison Gene". En esta obra el autor desarrolla su hipótesis, el TDHA no es para él un trastorno, ya que proporciona habilidades naturales en el entorno en el que nació la especie, la vida como cazadores. El niño con gran actividad física y una concentración rápida y corto plazo tendría evidentes ventajas para sobrevivir en esos entornos.
La escuela, el mayor problema para el niño con THDA
Sin embargo, en el modelo escolar, en el que se le exige silencio, estar sentado, escuchar sin hablar y siguiendo un hilo marcado, sin innovar ni saltar de una cuestión a otra, se encuentra constreñido, atado y amordazado, sin que eso suponga que, en la mayoría de los casos, el niño tiene un problema, sino que el sistema no está adaptado a sus necesidades naturales y lo encasilla como problemático y hasta como enfermo necesitado de medicación.
En la obra Hartmann ofrece a los padres una guia para entender mejor a sus hijos y respetar sus particularidades, ofreciéndoles un entorno adecuado para que puedan crecer, aprender y desarrollarse completamente, fomentando sus capacidades.
Una percepción diferente desde la hipótesis del cazador y el granjero
Otro de sus libros "Attention Deficit Disorder. A Different Perception", en el que desarrollaba por primera vez esta teoría del cazador y el granjero, ofrece una visión positiva del TDHA, completamente alejada de la concepción de que está producida por un trastorno o un daño en el funcionamiento cerebral.
Defiende que esta condición, que clasifica y etiqueta a los niños, haciéndoles sentir como fracasos desde la infancia, condicionará una mala adaptación en la vida adulta si no somos capaces de verla como un modo de comportamiento dentro de la diversidad humana y que, se presenta, no como patología, sino como un rasgo que fue determinante para la supervivencia de la especie en los tiempos prehistóricos.
Considera que los niños etiquetados con TDHA no tienen ese trastorno, simplemente se aburren. Todo radicaría en una forma diferente de ser y ver el mundo, en su opinión, determinada por la adaptación biológica. ¿Qué os parece la hipótesis del cazador y el granjero?
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