Los padres deberíamos cobrar por cuidar de nuestros hijos en casa

Los padres deberíamos cobrar por cuidar de nuestros hijos en casa
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Alemania acaba de aprobar una medida polémica: las personas que se queden en casa para cuidar de sus hijos cobrarán una prestación económica y eso me ha hecho plantearme si es una buena medida.

La prestación tiene una cuantía pequeña, pero supone una ayuda para quienes no trabajen fuera de casa y no usen servicios de guardería. Tendrá un importe de 100 euros mensuales por cada hijo que tengan que cuidar de entre 13 y 24 meses de edad, posteriormente, en el año 2014 se incrementará la ayuda a 150 euros al mes.

La medida, a primera vista, me parece magnífica, una verdadera forma de reconocer el trabajo de los padres y madres que cuidan personalmente de sus hijos todo el día renunciando a un empleo remunerado. Esto beneficia, substancialemente, la conciliación y permitiría una elección libre, aunque, realmente, la cantidad de dinero es escasa.

Cuidar de los hijos en casa es una labor importante para la sociedad, supone, además, una reducción de gastos en guarderías públicas, fomenta la libertad de elección y ahorrará, además, mucho dinero en sanidad, ya que los niños que van a la guardería enferman con mayor frecuencia en términos generales.

Críticas a que los padres cobren por cuidar a sus hijos

Sin embargo, la medida, ha levantado polémica. Hay quien considera que condena a la mujer a no trabajar fuera de casa (¿es que 100 euros van a hacer que no busques empleo si lo necesitas o lo deseas?).

Sin embargo, parece que la presión fiscal cuando en un hogar entran dos sueldos es muy alto y que muchas mujeres tienen mini-jobs de media jornada, lo que hace que esto se sume a una serie de medidas de desincentivan la incorporación de la mujer al mercado laboral.

Hay quien señala que este gasto debería dedicarse a la creación de guarderías, como si solamente hubiera una forma legítima de cuidado de los niños.

Hay quien indica que, cuando se reclaman medidas de austeridad, este gasto va a ser desorbitado, pues alcanzará 300 millones de euros en 2013 y de 1.100 millones de euros en 2014.

Lo que cuesta una plaza de guardería en cheque-bebé

Yo, en cambio, la aplaudo. Es más, creo que una verdadera medida de conciliación sería un cheque bebé que fuera de la misma cantidad que el del gasto público por plaza de guardería y que fuera entregado a cada familia por hijo, independientemente de si trabajen o no, para que lo gastaran en guardería, niñera o en cobrarlo ellos por quedarse en casa con sus hijos.

Os aseguro que recibiendo como compensación por la importante labor de cuidar personalmente a su hijos lo que cuesta al Estado cada plaza de guardería muchas madres y padres elegirían quedarse en casa.

No se a cuanto asciende lo que cada plaza de guardería o escuela infantil le cuesta al Estado, pero seguro que supera los 3.000 euros al año. Y en eso no cuento lo que habrá costado el terreno, la construcción, el mantenimiento o los funcionarios que se encargan de la gestión del recurso, aunque este esté luego cedido a terceros.

Además, habría que añadir el ahorro en gasto sanitario, el de los días de baja que los padres tomen para cuidar el niño enfermo y el de transportes o gasolina.

Separar a los bebés de sus madres por razones laborales

Y es que cuidar a los niños se considera un trabajo si se delega en terceros, pero no si lo realizan los propios padres.

Pero, aunque los padres tienen como obligación cuidar de sus hijos, lo cierto es que hacen una labor importantísima a nivel social que debería, de alguna manera, ser reconocida, más sabiendo que es lo mejor para los niños. Luego, que cada uno decida libremente cual es su opción de vida, pero no obligados por las circunstancias. Pero hoy por hoy hay que mirar directamente las consecuencias del suspenso en conciliación que nuestra sociedad presenta.

Nunca, en toda la Historia Humana, ha existido un experimento sociológico tan grande y tan brusco como este modelo que ahora se impone, el de que los bebés dejen de estar al cuidado directo de sus mamás para que ellas se marchen a producir a otro sitio fuera del hogar.

Realmente creo que la incorporación de la mujer al trabajo es un derecho, pero no es una obligación, y mucho menos con el actual modelo laboral pensado para personas que deben delegar el cuidado de sus hijos a empresas o instituciones estatales. El trabajo se ha llegado a convertir en un obstáculo para la maternidad, como señala la socióloga Isabel Aler.

Nunca había sucedido que una madre, que la mayoría de las madres, deban renunciar a pasar los primeros años de sus hijos a su lado en todo momento. Y desde luego, nunca jamás se ha defendido, encima, que eso sea bueno para las mujeres y mucho menos para los niños, pues incluso puede frenar su desarrollo como señala la psiquiatra infantil Eulalia Torrás. Lo cierto es que, según opina Carlos González y yo con él, la guardería no es necesaria para los niños.

Tenemos que pasar más tiempo con los hijos, y eso es lo que muchas madres quieren. Creo que hemos errado el camino y que la liberación de la mujer se ha hecho a costa de las necesidades de los niños y la maternidad y que es necesario crear otro modelo que permita que ambos sean más felices y disfruten de sus derechos: las mujeres a trabajar, los niños a estar con sus madres y también los hombres a pasar tiempo con sus familias.

Cobrar por quedarse en casa quizá no sea la mejor de las soluciones de conciliación y quizá, entiendo, no sea viable presupuestariamente, pero si creo que, cuando menos, hay que garantizar que las mujeres elijan libremente si dedicarse a la maternidad a tiempo completo o buscar un empleo que les haga separarse de los bebés varias horas (a veces hasta 10 incluyendo los traslados).

Lo cierto es que creo que lo mejor para un niño es que esté en su hogar y sus cuidadores sean sus padres, y el beneficio del niño debería ser el motor de la sociedad, y este modelo de trabajo pensado para el mercado, y no para las personas, deshumaniza.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, a mi me parece una buena medida que Alemania vaya a pagar a los padres que decidan quedarse en casa cuidando a sus hijos. Escasa, pero buena. Y creo que hay que replantearse todo nuestro modelo de cuidado de los niños, por su bien y por el de todos.

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