¿Por qué mi hijo tiene que estudiar raíces cuadradas si no las va a usar en la vida? Hay un motivo
Nuestros padres aprendieron la lista de los Reyes Godos, nosotros la lista de preposiciones en castellano o los afluentes por la derecha y por la izquierda de los ríos más destacados… Todos estamos de acuerdo en que, hoy en día, cualquier cosa que queramos saber la podemos encontrar en cuestión de segundos con nuestro móvil en internet y que, por lo tanto, aprender cosas de este tipo de memoria tiene cada vez menos sentido.
Como profesora de secundaria, con frecuencia me encuentro con gente que pregunta cosas como: ¿por qué hay que resolver raíces cuadradas si las hace la calculadora y, encima, es probable que un futuro no las vaya a necesitar? ¿Por qué la princesa Leonor se sabe de memoria la tabla periódica? De entrada decir que para que las calculadoras hagan raíces cuadradas alguien tiene que programarlas y también añadir que los cambios llevan un tiempo y en el sistema educativo estamos trabajando en ello. Lo de Leonor y la tabla periódica ya es otra historia, pero vamos por partes...
Curriculum oficial y cultura
Por alguna extraña razón que yo, de ciencias purísimas, no alcanzo a comprender, nadie discute que conocer y comprender información sobre hechos históricos destacados como el descubrimiento de América, libros clásicos como El Quijote o cuadros famosos como El Guernica es cultura y son temas generales de los que hay que saber, sin embargo, en matemáticas, física o química la cosa cambia… Más allá de las anécdotas como la manzana de Newton o el gato de Schrödinger, que dan mucho juego para hacer memes, nadie considera que sea importante para la vida saber sobre la teoría de la relatividad de Einstein, el teorema de Gauss o la ley de Lavoisier.
Como difícilmente en eso nos íbamos a poner todos de acuerdo hay un curriculum oficial, establecido por ley, que trata de homogeneizar, de un modo más o menos equilibrado, lo que todos aprendemos durante las diferentes etapas de la educación obligatoria y que profesorado, familias y alumnado deben cumplir y respetar al igual que hacen, o deberían hacer, con las otras leyes.
Aprender por intereses
Pero las leyes están para cambiarlas y tal vez se podría plantear un currículum más abierto, son ya muchas las voces que hablan de esa opción, de eliminar materias, de trabajar por proyectos, de buscar y desarrollar talentos y de aprender por intereses. No cabe duda de que una persona aprende mejor y más rápido algo que le interesa que algo que está obligado a aprender, pero tampoco podemos olvidar que hay niñas y niños, muchos, a los que si les dejamos que aprendan solo lo que les interesa no aprenderían nada. Es muy bonito pensar que sí, que todos los niños vienen súper motivados de fábrica para aprender sobre ciencia, tecnología, humanidades o arte, pero la realidad es que eso no es así. Hay muchos que, si no es por obligación, no solo no aprenderían raíces cuadradas, sino que no aprenderían ni a sumar, ni a restar. Al fin y al cabo, eso la calculadora también lo hace…
Lo que sí que se desarrollan en la mayor parte de los centros educativos son proyectos extraescolares o extracurriculares que profundizan en aspectos, ahí sí, en función de los intereses del alumnado. Clubs de Ciencia o Clubs de Lectura son buenos ejemplos, pero hay infinidad de proyectos de ampliación y excelencia en los que alumnas y alumnos pueden aprender sobre aquello que les gusta o les interesa en realidad, tanto como afición como para dedicarse a ello en el futuro de un modo profesional.
Actividades integradas en contexto
Si no podemos dejar que alumnas y alumnos elijan libremente aquello que les apetecería aprender en horario lectivo, lo que tenemos que conseguir los profesores es que lo que tienen que aprender por obligación les interese y les resulte apetecible. En ese sentido lo que se hace hoy en día es integrar aprendizajes y actividades en contexto para que el alumnado vea de forma clara cuál es la aplicación, de aquello que tiene que aprender, en la vida real.
Añado además que, en mi opinión, ese contexto debe ser interdisciplinar y con eso cierro el debate anterior sobre si aprender cosas de ciencias o de letras… Las ciencias y las letras no están reñidas, al contrario, tienen que complementarse para proporcionar una formación integral y global a la persona. En educación hay objetivos específicos, pero también objetivos generales de etapa en los que todas las materias y disciplinas tienen que sumar y no restar.
Futuro profesional incierto
Más allá de cosas sueltas, tenemos que pensar que de lo que se trata, tanto en la educación primaria como en la secundaria, es de ejercitar el cerebro para facilitar la organización, el almacenamiento y el procesado de la información y de proporcionar al alumnado estrategias para que en el futuro puedan adaptarse a situaciones diversas y para que puedan aprender de manera rápida y sencilla todo lo que necesiten para su desarrollo personal y profesional.
A las niñas y los niños de hoy en día les toca vivir en una época complicada de constantes cambios. Muchos de ellos no saben lo que van a ser de mayores, porque es más que probable que algunos de los trabajos que desarrollen no se hayan inventado todavía y, en ese sentido, tienen que estar muy preparados para poder resolver problemas y afrontar lo que les venga. Cuanto más sepan mejor, cuanto más preparados estén a todos los niveles mejor… Al fin y al cabo, el saber no ocupa lugar, comprobado está que los de mi generación tenemos en la cabeza las letras de todas las canciones de Mecano y seguimos teniendo espacio en el “disco duro” para eso y mucho más.
Hablando se entiende la gente
Tal vez a algunos todo lo anterior no os convence porque si bien futuro profesional que se les plantea a los jóvenes complicado, también es complicada en sí misma la adolescencia, una etapa en la que muchos atraviesan momentos difíciles personales o familiares. Además muchos estaréis pensando que, más allá de los intereses, no todos tenemos las mismas capacidades y no todos somos igual de buenos en unas materias que en otras... Llegando a este punto es fundamental recordar la importancia de la comunicación de alumnas y alumnos con sus familias y sus profesores, de las familias con el profesorado, de todos los profesores de cada grupo entre sí y con el tutor... Todos tenemos que remar en la misma dirección, la que nos lleve a la mejor experiencia, la mejor evolución y los mejores resultados para la niña o el niño. ¡Así de sencillo!
Si un alumno tiene problemas con una materia, con un tema concreto o por alguna situación determinada, hay que hablar o bien con el profesor directamente implicado, para que le apoye, para que establezca mecanismos de refuerzo o para que sea más flexible con los procedimientos de evaluación, o bien con el tutor del grupo que hablará a su vez con el profesor correspondiente sobre la situación concreta para tomar las medidas oportunas que faciliten el aprendizaje del alumno y la consecución de objetivos. También es fundamental en este caso el refuerzo positivo, cuando algo nos cuesta mucho esfuerzo es importantísimo celebrar todos los pequeños logros para seguir sumando con ánimo hasta llegar a la meta final, que con colaboración y trabajo siempre se acaba consiguiendo.
Pero, ¿por qué raíces cuadradas?
Así que, con las ideas generales algo más claras, volviendo al asunto de las raíces cuadradas, lo que la ley “pide” en ese sentido al alumnado en 1º de ESO es: “Utiliza adecuadamente los tipos de números y sus operaciones, para resolver problemas cotidianos contextualizados, representando e interpretando mediante medios tecnológicos, cuando sea necesario, los resultados obtenidos.” Lo que yo interpreto de ese estándar, con respecto a las raíces cuadradas, es que si digo que mi casa tiene un salón cuadrado de 20 m2 de superficie, el alumno tiene que ser capaz de deducir que mide entre 4 y 5 metros de largo.
La cuestión es que para que el alumnado llegue a manejarse bien con la obtención de raíces aproximadas en contexto, entre otras muchas cosas, normalmente es necesario explicar uno o varios métodos, realizar actividades de consolidación y en ocasiones también de refuerzo y ahí es donde vienen los ejercicios de repetición y la resolución por imitación que para algunos es aburrida y para otros fundamental para alcanzar los objetivos.
Y ¿para qué la tabla periódica?
Otro tema que sé que os preocupa es el de la tabla periódica. Todos habéis visto a la princesa Leonor recitarla en el coche de sus padres antes de un examen de 1º ESO y os habéis quedado igual de preocupados y sorprendidos que yo pensando: y mi hijo ¿por qué no se la sabe así?. Pues porque en 1º ESO no se da, al menos no siguiendo el curriculum oficial LOMCE. De hecho ni siquiera hay física y química en ese curso y la materia a la que la reina Letizia llama “natu” no existe ya en secundaria, en 1º ESO lo que se da es biología y geología.
En 2º y 3º ESO se introduce la tabla periódica y se familiariza con ella al alumnado para poder introducir otros conceptos que la necesitan como base y herramienta de trabajo. No se trata de que la aprendan de memoria, pero sí de que aprendan a manejarla para obtener la información que quieran de ella siempre que la necesiten. Es 4º ESO el curso en el que la ley establece que el alumnado: “Escribe el nombre y el símbolo de los elementos químicos y los sitúa en la Tabla Periódica” y hay que recordar que en ese curso la materia de física y química ya no es obligatoria, sino optativa. Además, en realidad no hay que saberla tal cual, solo conocerla muy bien, en exámenes oficiales incluyendo EBAU se facilita al alumnado una tabla periódica para que extraiga de ella la información que necesite a la hora de resolver problemas y dar respuesta a las cuestiones planteadas.
Resumiendo...
Y así podríamos seguir hasta el infinito y más allá con cualquier tema que planteemos en este sentido. Añadiendo además que uno no se puede interesar por aquello que desconoce por completo y en ese sentido es importante que se introduzcan en la enseñanza obligatoria muchos temas para que los niños puedan elegir con conocimiento de causa en qué se quieren centrar en el futuro.
Obviamente todo es susceptible de ser cambiado y de mejorar: los contenidos del currículum, las metodologías... Pero tampoco es bueno hacer cambios bruscos de golpe sin haber comprobado antes que los resultados que proporcionen van a ser significativamente mejores y también hay que tener en cuenta que los recursos de cada centro sean los adecuados para llevar a cabo esos cambios.
Así que ¡calma! Con total desinterés, yo he leído la Regenta y el Lazarillo de Tormes y aún me sé de memoria el dichoso soneto de Lope de Vega y aquí estoy. Probablemente no me ha servido para mucho, pero tampoco me ha supuesto un gran problema, conocimiento y saber mejor que sobre y no que falte.
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