A medida que avanza el embarazo, las mujeres podemos sufrir un incremento no sólo de kilos sino también de olvidos, desconcentración y habilidad motora. No somos capaces de acabar una tarea, olvidamos una cita, se nos caen los objetos de las manos…
El aumento de los despistes y la torpeza durante el embarazo es normal, y se debe a varios factores físicos que nos afectan durante este periodo.
Incluso desde que sentimos los primeros síntomas de embarazo estas distracciones y la torpeza frecuentemente nos acompañan, y lo más habitual es que lo hagan a lo largo de varios meses.
¿Por qué estoy tan torpe?
Un efecto secundario del embarazo es la torpeza temporal, pero afortunadamente esta suele desaparecer con el nacimiento del bebé. Algunas mujeres casi no lo notan, pero otras se sienten muy inseguras por esta cuestión.
La tripa va creciendo y modifica la curvatura de la espalda, y a medida que la tripa crece, la embarazada ya no puede verse los pies y no puede controlar bien las distancias con la consecuencia de perder la estabilidad.
También tienen que ver la relajación de las articulaciones y la retención de líquidos, que pueden provocar que la embarazada sujete los objetos con menor firmeza y seguridad.
Además, si sufrimos el síndrome de túnel carpiano, el consiguiente dolor y adormecimiento en manos, pies y articulaciones en general acrecentará todavía más la torpeza de movimientos.
¿Qué podemos hacer para ser menos torpes? Es algo que difícilmente se controla, sencillamente podemos poner más atención al coger o manipular los objetos, realizando los movimientos más sólidos y conscientes. También cuando cocinemos o al conducir habremos de extremar la atención en lo posible para evitar accidentes.
Y si consideramos que ni aún con esa atención especial disminuye nuestra torpeza, mejor dejar los trabajos delicados durante una temporada.
Despistes durante el embarazo
Durante el embarazo pueden sobrevenirnos problemas de concentración, despistes, olvidos... debidos a los cambios hormonales. Se trata de un fenómeno normal ante el que hay que conservar la calma y aceptarlo como tal.
Además, ante la noticia del embarazo es normal que nuestra mente se dedique a explorar el nuevo estado y a pensar continuamente en el bebé, si todo irá bien, cómo evolucionará el embarazo… dejando de lado otros detalles que pasan a ser olvidados.
La falta de concentración que nos acompaña ya desde los primeres meses de embarazo puede alargarse hasta el último trimestre, cuando además nos sentimos más fatigadas, una razón más para recordar la importancia de un buen descanso durante estos meses. Los despistes seguirán haciendo presencia también tras el nacimiento del bebé si seguimos acumulando cansancio.
¿Qué podemos hacer para no sufrir tantos despistes? Podemos hacernos con una agenda en la que anotar las citas importantes, acostumbrarnos a realizar listas de las tareas que debemos realizar o simplemente para organizar el caos mental que en ocasiones nos abruma.
También reducir en lo posible las preocupaciones de nuestro día a día, algo no siempre fácil, o ponernos el listón más bajo en nuestras exigencias en el trabajo o en el hogar puede resultar útil para relajarnos y minimizar el “daño” por esos pequeños despistes. La mala memoria puede acentuarse si sufrimos estrés, por lo que relajarnos y ahorrar energía ayudarán a que nos concentremos en lo que nos importa.
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