Los estrógenos son muy importantes durante el embarazo, estimulan el crecimiento del útero y así éste se adapta al desarrollo del niño. Favorecen el aumento de la producción de leche materna y el volumen del pecho. Ayudan a que aumente el flujo de sangre de la placenta garantizando que el bebé reciba los nutrientes necesarios para su desarrollo.
Ayudan a que se ablanden los músculos del abdomen y las paredes vaginales para que no exista ningún obstáculo cuando llegue el momento del parto. Son muchos los beneficios que aportan los estrógenos al organismo de la futura mamá, realizan un papel fundamental en todo lo que concierne al embarazo y la lactancia.
Cada hormona tiene su función, cada una regula una serie de procesos que son fundamentales para el organismo, la producción de las hormonas que intervienen ya sea en el embarazo, el parto o la lactancia son fruto de madre e hijo. Son garantía de que todo se desarrolla adecuadamente. Todos los cambios que se realizan en el cuerpo de la mamá son garantizados por el aumento de la concentración de estrógenos en la sangre durante los meses de gestación, de hecho, los niveles que se alcanzan sólo se dan durante el embarazo, en ningún otro momento de la vida se llegará a estos niveles.
Cuando el embarazo está a punto de finalizar, en el organismo de la mamá llega a circular una cantidad de estrógenos similar a la de 1.000 mujeres fértiles.
El futuro bebé también está implicado en la producción de estas hormonas, es un trabajo conjunto que da como resultado que todo lo que gira entorno al embarazo se desarrolle correctamente. Hay una gran cantidad de hormonas además del estrógeno, que intervienen en todas las fases del embarazo y que colaboran en distintas funciones, cada una de ellas básica e indispensable, pero sin duda los estrógenos son de vital importancia.
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