Durante el embarazo hay que intentar alejarse del humo del tabaco, no solo dejando de fumar sino evitando que se fume alrededor. Muchas son las razones para ello, empezando por que vamos a respirar esas sustancias que pueden perjudicar al bebé, pero también supone incrementar el riesgo de recaída en las mujeres que han fumado anteriormente.
Y es que en algunas ocasiones dejar de fumar en el embarazo supone un gran esfuerzo (por suerte otras veces es más sencillo) y si tienes dudas, si tienes tentaciones y hay gente a tu alrededor que fuma, estás más cerca de volver al vicio.
Eso sin contar que respirar el humo puede provocar náuseas si, como suele suceder, tu olfato se ha agudizado en el embarazo y existen olores que no imaginabas que te iban a molestar y ahora sí lo hacen.
Por ello es primordial conseguir el apoyo de tu entorno, que debería estar ahí de manera natural, pero a veces somos inconscientes de los perjuicios del tabaco de segunda mano para la embarazada. Pídeles que no fumen en tu presencia y si eras fumadora cuéntales que esa situación te produce un estrés que se acrecienta con el humo.
El tabaco ha sido relacionado con enfermedades congénitas también en fumadoras pasivas embarazadas, por lo que sabemos que ese humo respirado por la futura mamá sí va a afectar al feto y no solo a la salud materna.
Pero es que el tabaquismo pasivo tiene efectos perjudiciales también (y especialmente) en los bebés, por lo que es un buen momento para ir empezando a allanar el camino y lograr un hogar y un entorno libre de humos para cuando nazca el bebé. Para alejar la tentación, sigue estos consejos:
Pide a tus familiares y conocidos que no fumen delante de ti, ni en tu casa ni en el coche. Establece un entorno "libre de humos".
Abandona el lugar en el que otras personas se enciendan un cigarrillo o un ambiente que ya esté lleno de humo (en este sentido, la ley antitabaco de España ha hecho mucho bien).
Pasa más tiempo con personas que no fumen, tu salud y la del bebé lo agradecerán.
Manténte ocupada si tienes tentaciones de fumar, mastica chicle, toma un tentempié saludable o haz alguna actividad que no suponga un riesgo para tu salud.
Como es lógico, con el apoyo de todos es más fácil abandonar el tabaco. Si ellos te apoyan en tu decisión de dejar de fumar, también habrán de hacerlo ellos, al menos en tu presencia. Estar expuesta al humo del tabaco y tener al alcance cigarrillos es un factor de riesgo para recaer, por lo que estos consejos son especialmente importantes si eres ex-fumadora.
Y si en alguna ocasión recaes y vuelves a fumar en el embarazo, no pierdas la esperanza, puedes volver a lograrlo por el bien de tu bebé en cualquier momento, pide ayuda.
En definitiva, alrededor de la embarazada no se fuma, y no solo deben tenerlo en cuenta las propias mujeres para reivindicarlo, sino su entorno y toda la sociedad. No parece tan difícil, ya que en definitiva se trata de ser más respetuosos con la salud de los demás. Sin embargo, aún queda camino por recorrer... Vosotras, ¿tuvisteis que pedir que no fumaran en vuestra presencia?
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