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Cómo reaccionan niños de diferentes edades ante el libro interactivo de aprendizaje

Cómo reaccionan niños de diferentes edades ante el libro interactivo de aprendizaje
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Hace unos días se me presentó una oportunidad única para valorar, según mi propia experiencia, el libro interactivo de aprendizaje de Fisher-Price como elemento de diversión y aprendizaje en familia.

Nos reunimos en casa de una amiga varios padres con niños de edades de entre 1 año hasta 5. Como es habitual cada padre aportó algo para picar mientras los niños compartían algunos de sus juguetes. Fue ahí cuando yo colé el libro de aprendizaje interactivo e inicié el experimento y observación con aviso previo a los padres de las criaturas, por supuesto.

Al principio los más mayores, más terremotos, no repararon en él porque estaban inmersos en su papel de exploradores y demasiado inquietos para sentarse en torno a cualquier juguete.

Hay un gusano en mi alfombra

Libro Interactivo 2

Los más pequeños, en concreto dos niñas de 13 y 18 meses, después del impacto inicial de tanto juguete desperdigado por la alfombra, sí se acercaron al libro. Supongo que se sintieron atraídas por su forma de gusano y sus colores, porque yo aún no lo había encendido para ver su reacción al primer contacto.

Su intento por cogerlo ellas mismas y levantarlo para acercárselo más no fue muy acertado, ya que las dos lo intentaban sujetar abierto y cogido solo por una mano, con lo que el peso del libro hacía que se les resbalara de las manos. Tras varios intentos, ambas optaron por depositarlo en el suelo y curiosearlo inclinadas hacia él.

Como vi que no daban con el botón de encendido, le apreté disimuladamente y entonces sí que reaccionaron al escuchar la música. Me miraban estupefactas y una de ellas que ya anda, se levantó para mover el culete al son de las canciones, que probablemente le habrían cantado alguna vez sus padres o abuelos, ya que fueron reconocidas por todos los presentes.

Al ver el revuelo de los más pequeños y oír música, una niña de 3 años y un niño de 4 se acercaron para hacerse con el tesoro y ellos sí que detectaron enseguida el mecanismo del juguete y todas las posibilidades que ofrecían las diferentes teclas. Canturrearon las canciones mientras sujetaban el libro con las dos manos en la posición correcta de lectura.

Una excusa para que los padres canten

Libro Interactivo 3

Tras varios contactos intermitentes de los diferentes niños con el juguete, mis conclusiones son las siguientes. Primero, los niños más pequeños no tienen la suficiente fuerza y destreza para sujetar el juguete en la posición correcta, por lo que es imprescindible la ayuda de un adulto o colocarlo en algún punto de apoyo. También necesitan una pequeña clase práctica sobre encendido y uso de las teclas, aunque no tardan en aprender y disfrutan mucho con las canciones y los números, letras y colores.

Segundo, los más mayores por el contrario descubren con facilidad todas las posibilidades del libro de aprendizaje, pero se decantan más por las canciones, porque enseguida repasan todos los números y letras, con los que claramente están más familiarizados.

Tercero, el juguete parece presentarse como una excusa perfecta para que algunos padres repasen las letras de las canciones y se abra un debate sobre si la última frase de la canción X era así o de otra manera, para acabar al final cantando todas.

Con o sin ayuda, está claro que este juguete no pasó desapercibido y que en general resultó entrañable, sobre todo para los adultos, y de haber sido un poco más ligero de peso, estoy convencida que la peque de 18 meses le habría encontrado pronto un escondite oculto en su habitación para que no me lo trajera de vuelta a casa.

En Feliz Aprendizaje | Los 10 juguetes más queridos: libro interactivo de aprendizaje

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