El Método Suzuki es un método de enseñanza desarrollado por el Dr. Shinichi Suzuki que descansa en una sola idea: todos los niños tienen talento musical.
El Dr. Suzuki observó que los bebés, desde que nacen, están rodeados por los sonidos de su lengua materna; a medida que crecen, la hablan con enorme fluidez. Todos sabemos que expresarse y hablar requiere de una gran habilidad, ¿verdad? ¿Qué pasaría, entonces, si los niños estuvieran rodeados de sonidos musicales de idéntica manera? La respuesta es sencilla: desarrollarían una habilidad igualmente extraordinaria para la música.
Desde entonces, el Dr. Suzuki se dedicó a analizar el proceso de aprendizaje de la lengua y se dio cuenta que los niños siguen siempre determinadas pautas: al principio, el niño se acostumbra gradualmente a los sonidos de la lengua materna (escucha hablar a su mamá, a su papá, a los abuelos, vecinos, etc.); luego, los padres intentan que el niño aprenda palabras a través de la repetición constante (por ejemplo, “mamá”, “papá”, “agua”, etc.); por fin, cuando el niño empieza a hablar, los padres reaccionan con mucha ilusión, alentando y valorando cada pequeño avance; por último, el niño habla y cada vez lo hace mejor, la pronunciación se perfecciona y utiliza las construcciones correctas.
A este método lo llamó Método de la Lengua Materna y, fundado en el profundo respeto del niño como individuo y en el concepto de que la habilidad se aprende y no se hereda, lo llevó a la música. Es así que los niños comienzan a hacer música desde muy pequeños. Ya con 2 o 3 años se le ofrecen los estímulos: escucha música, investiga un instrumento, imita un sonido o un ritmo, se lo motiva a seguir. ¡De la misma forma que cuando está aprendiendo hablar!
Es de suponer, entonces, que los padres tienen un rol muy importante en el entrenamiento: asisten a las lecciones, participan activamente, aprenden a prolongar en la casa la acción emprendida en la lección con la misma paciencia que tuvieron cuando les enseñaron a sus hijos a hablar su lengua. En síntesis, la responsabilidad de los padres es brindar seguridad a sus hijos, pero lo más importante: ternura.
El Método Suzuki va más allá de enseñar al niño a tocar un instrumento. Su propósito es ayudarlo a descubrir su potencial con el fin de aprender y de ser una persona feliz y buena. El entrenamiento no busca producir artistas, sino ayudar al niño a encontrar el goce que deriva de la música.
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