Existen creencias populares que hay que desmentir, hay historias tan dispares como que la leche materna se corta con un susto. La verdad es que los disgustos no cortan la leche, sólo la reducen.
Cuando una madre amamanta, su organismo produce hormonas de oxitocina, éstas ayudan a que se contraigan las fibras musculares del pecho para que salga la leche. Esta hormona esta condicionada a el estado anímico de la mamá, si estas preocupada, la leche sale más despacio y al bebé le cuesta más succionar.
Si tienes el temor de no poder producir leche para amamantar a tu hijo, este mismo temor puede hacer que se inhiba la producción de oxitocina, en realidad la leche está en el pecho pero no puede salir. Si has sufrido una reducción en la leche, no te preocupes y ten paciencia. Sigue dando el pecho a demanda de tu hijo, ya verás como tarde o temprano todo volverá a la normalidad y el bebé volverá a mamar con regularidad.
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