Según un artículo publicado el Journal of Psychosomatic Research afrima que los bebés nacidos entre tres y seis meses después de los atentados del 11 de Septiembre pesaron una media de 50 gramos menos de lo habitual.
Uno de los autores del informe, Gerard Essed, profesor de obstetricia de la universidad de Maastricht (Holanda), "el impacto del 11 de septiembre fue tan enorme que afectó a prácticamente a todo el mundo".
"En el caso de las mujeres (holandesas) el impacto se magnifico por las emociones normalmente vinculadas con el embarazo. Hubo una correlación muy, muy clara, que nos sorprendió muchísimo", explica el experto.
Otras investigaciones han señalado que en Nueva York, las mujeres que se encontraban en las Torres Gemelas o se acercaron el día de los atentados, dieron a luz bebés hasta 120 gramos más pequeños que la media. Se atribuyó al estrés y las grandes cantidades de polvo ingerido. Los médicos atribuyeron esa caída de peso al estrés y a las grandes cantidades de polvo y otras partículas concentradas en el aire que respiraron aquellas mujeres.
Los bebés que estaban en el útero materno el 11 de septiembre del 2001 pesaron como media 48 gramos menos que los del segundo grupo, y los científicos atribuyen la diferencia a los altos niveles de cortisol, hormona relacionada con el estrés y la ansiedad.
Esa hormona, que ayuda a eliminar las grasas, puede transferirse de la madre al feto y resultar así en una pérdida de peso.
El estrés puede originar asimismo una pérdida de apetito y dar lugar a la constricción de los vasos sanguíneos, lo que disminuye el riego de sangre del feto y puede inhibir su desarrollo.
Vía | Terra