Siete cosas que he aprendido en 2023: en productividad, amistad, trabajo y placer

Siete cosas que he aprendido en 2023: en productividad, amistad, trabajo y placer
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Aunque todos los días nos traen una oportunidad para aprender, los fines de año siempre nos invitan a echar un vistazo atrás y reflexionar sobre lo vivido en estos 12 meses, analizando nuestro crecimiento tanto personal como laboral.

Así que aprovechando que las fiestas siempre nos ponen un poco nostálgicos y pensativos, te cuento cuáles han sido las siete cosas que he aprendido en 2023 sobre productividad, amistad, trabajo y placer.

Equilibrar la productividad

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Foto | Vlada Karpovich en Pexels

Cuando pensaba en productividad, solía creer que tenía que estar "haciendo algo de valor" todo el tiempo. A todo quería encontrarle un objetivo o propósito, de lo contrario me sentía afligida por creer que estaba perdiendo el tiempo, en lugar de estar creando o trabajando en algo como lo estaban haciendo los demás (culpo en parte a las redes sociales).

Pero aprendí que parte de ser productivo también es saber descansar y que las pausas son necesarias para recargar energía. Y la ciencia misma lo ha dicho: detenernos a descansar o reflexionar, y darle un respiro a nuestro cerebro y nuestro cuerpo, también es clave para mejorar la productividad.

Las amistades finitas

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Foto | Cottonbro Studio en Pexels

Hacer amigos siendo adulto es complicado, pero terminar una amistad cuando ya somos mayores puede serlo aún más. Desde el "es que nos conocemos hace tantos años" hasta el "no quiero quedar como un inmaduro o exagerado", aprender a soltar y dejar ir las amistades que ya no nos sirven o enriquecen puede ser complicado.

Sin embargo este año aprendí que las amistades a veces no son infinitas, y recordé que hay personas que están destinadas a pasar solamente una temporada en tu vida. Esto no significa que esas personas sean malas o negativas, a veces simplemente ya no encajan en tu vida.

¿Fue difícil tomar la decisión de separarme de ese grupo de amigas en el que ya no me sentía cómoda? Claro. Pero la paz mental y la libertad emocional que obtuve al alejarme de ese entorno, hizo que valiera la pena.

Sí a los límites, no a la culpa

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Foto | Dayne Topkin en Unsplash

La misma experiencia anterior no solo me recordó la importancia de ser valiente, además me enseñó que las despedidas, cuando son en tiempo y las haces teniendo presente la gratitud, aportan mucha calma. Poner límites puede ser particularmente difícil, pero es importante saber usarlos en el momento justo.

Cuando los aplicamos de forma adecuada, nos ayudan a separarnos de aquellas cosas, personas, situaciones o lugares en los que no nos sentimos seguros, cómodos o bienvenidos. Recuerda esto: nunca debes sentirte culpable por retirarte de espacios en los que ya no eres feliz.

Además, a veces esas despedidas abren el paso a nuevas y mejores experiencias y personas en tu vida.

Organizarme para evitar el burnout

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Foto | Paico Oficial en Unsplash

Vivir para trabajar o trabajar para vivir: uno de los tantos dilemas de nuestra generación, especialmente para quienes queremos tenerlo todo (trabajo, pareja, hijos, vida social...). La respuesta correcta, por supuesto, está trabajar para vivir y no al revés. Porque aunque es cierto que es necesario trabajar, es importante recordar que no debemos caer en el error de cargarnos con demasiadas responsabilidades.

Aprendí a usar de forma más efectiva las herramientas que tengo para planificar y también a organizar mejor mis días. En mi agenda suelto mi carga mental y anoto literalmente cada tarea que debo hacer por mínima que sea -incluyendo las de casa y familia porque también son trabajo-, mientras que ajustar mi horario laboral me ayudó a marcarme tiempos fijos que también incluyen pausas y descansos.

Estos pequeños cambios me han ayudado a hacer más cosas en menos tiempo, dejando espacio para otras actividades que no tienen que ver con trabajo o responsabilidades y que me hacen feliz. Y hablando de felicidad...

El placer de no hacer nada

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Foto | Vlada Karpovich en Pexels

Este año, además de dejar de ser Miss Productividad como te contaba hace unos momentos, redescubrí en terapia una de las lecciones que más he abrazado en los últimos meses: el placer de no hacer absolutamente nada. Pero nada, nada, na-di-ta.

En los últimos años estaba tan enfocada en mis responsabilidades, que me sentía culpable cuando no estaba haciendo nada, al grado de no disfrutar mis momentos de descanso por estar pensando en todo lo que tenía que hacer pero no estaba haciendo en ese momento. Pff.

Pero mi psicóloga me recordo que el fino arte de no hacer nada no solo es placentero porque no requiere esfuerzo, sino que además es un gran momento para reconectar conmigo misma. Y el bonus que he encontrado como escritora/diseñadora: las ideas más creativas y divertidas llegaron a mí cuando no estaba haciendo nada en particular.

Tengo más tiempo del que pienso

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Foto | Christin Hume en Unsplash

Sí, soy de esas personas que alguna vez (o muchas) ha dicho esa famosa frasecita: "no tengo tiempo". Pero este año me di cuenta que sí tengo, y de sobra. ¿Cómo? Tomando nota de mi tiempo de pantalla y sustituyéndolo por otra cosa.

Mi experimento este 2023 fue el siguiente: como ávida lectora, cada vez que sentía el impulso de mirar el móvil para revisar las redes sociales, optaba por leer un libro en su lugar. Admito que no lo hice tan seguido como lo esperaba, muchas veces lo olvidaba y volvía a caer en ese scroll infinito.

Pero ese pequeño cambio, incluso al no ser tan constante, me hizo darme cuenta que tengo más tiempo del que pienso y como evidencia puedo ver el gran contraste en mis lecturas de los últimos dos años: en 2022 a duras penas alcancé a leer 24 libros, este año he leído 60 (y los que faltan).

Mi descanso es oro

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Foto | Karolina Grabowska en Pexels

Dormir bien es necesario, y lo necesario se ha convertido en mi "no negociable" de este año. Me encanta ver series y películas, pero como durante el día no tenía mucho tiempo, recurría a lo que muchos adultos hacemos: aferrarme a verlas por la noche con tal de tener un tiempo para mí, aunque me desvelara.

Al día siguiente el resultado no era sorprendente: sentía que apenas funcionaba. Así que decidí hacer un pequeño cambio y reservar esas noches de tele a los fines de semana, notando un cambio positivo tanto en mi energía como en mi humor al dormir las horas recomendadas. Tal vez me llevó más tiempo acabar la serie de moda, pero mi descanso es primero.

Foto de portada | Bridget Jones

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