El doctor Ernesto Lugo Llamosas, pediatra colaborador con Zona Pediátrica, nos cuenta que la diarrea infecciosa es el ‘aumento en el contenido de agua y en la frecuencia de las evacuaciones causada por virus, bacterias, parásitos u hongos’.
En algunos casos también se asocia a fiebre en grado variable o vómitos. La causa suele ser el consumo de agua o alimentos contaminados, así como un deficiente lavado de manos. Al parecer, muchos casos son auto limitados (es decir: se resuelven con hidratación oral y dieta), aunque una minoría requieren tratamiento con antibióticos.
Tipos de diarrea infecciosa
Encontramos la que está causada por toxinas (bacterias y hongos), la invasiva (a causa de bacterias o parásitos) y la citopática, cuando los virus destruyen las células intestinales al multiplicarse en el interios.
Se señalan como riesgo para contraer diarreas por toxinas, las celebraciones dónde los alimentos se preparan con antelación y se mantienen sin refrigerar en ambientes cálidos y sin protección (¡cuidado que ya estamos en primavera y empieza a hacer más calor!). Este tipo de diarrea causa deshidratación rápidamente por la abundante pérdida de líquido.
En la diarrea invasiva también se observa fiebre, así como moco y sangre en las evacuaciones debido a las ulceraciones en la mucosa.
¿Puede la diarrea infecciosa tener como causa un alimento con efecto laxante?
En todo caso su efecto sería corto, no pasando de 24 horas de evolución. Los alimentos que pueden hacernos sospechar serían el zumo de naranja, las ciruelas pasas, mango o papaya, aunque esta causa es controlada porque podemos tener en cuenta el antecedente.
Si hay infección los lactantes o niños pequeños están más irritables y rechazaran el alimento. No olvidemos que muchas veces (e independientemente del efecto laxante), las verduras o frutas pueden hacernos enfermar si no están bien lavadas.
El peligro primordial de un cuadro de diarrea es que puede causar dos problemas muy delicados: la deshidratación y el desequilibrio en las concentraciones de sodio, potasio, calcio, magnesio en sangre
¿Cómo debemos actuar?
Si nuestro hijo tiene diarrea y suponemos que la causa es infecciosa, debemos tener en cuenta algunas recomendaciones:
Evitar la automedicación y acudir al pediatra.
Continuar con la alimentación habitual evitando en lo posible el ayuno, podemos fraccionar la dieta en porciones pequeñas e incorporar alimentos astringentes que disminuyen la pérdida de agua. El autor del artículo señala el agua de arroz, manzana o pera cocidas, sopa de pasta, pechuga de pollo, caldo de pollo con verduras, patatas, carlotas y calabacines.
Ofrecer agua y suero de hidratación oral (según recomendación del pediatra); son aceptables las infusiones de manzanilla.
No son recomendables los “ sueros caseros” a base de un puñado de azúcar y una pizca de sal ni mucho menos los preparados a partir de bebidas carbonatadas ya que no hidratan adecuadamente y pueden incrementar la acidez de la sangre( acidosis) y desequilibrar las concentraciones de sales y agua dentro y fuera de las células, causando complicaciones graves
- Vigilar los indicadores de posible deshidratación para actuar rápidamente y no empeorar la situación: boca seca, saliva espesa, llanto sin lágrimas, ojos hundidos, sed intensa, orina escasa, fontanela hundida, irritabilidad.
Los bebés de menos de seis meses con diarrea, tiene alto riesgo de deshidratación si presentan dos o más signos evidentes o han evacuado más de ocho veces diarias y / o presentan más de cuatro vómitos en 24 horas, así como fiebre persistente.
- En lactantes no suspender la lactancia materna sino mantenerla, porque la leche materna contiene células de defensa y sustancias antiinfecciosas naturales.
La prevención
El agua y los alimentos siempre deben ser higiénicamente preparados, los alimentos perecederos siempre deben estar refrigerados. En menores de seis meses, los biberones (si se utilizan) deben esterilizarse mediante ebullición o en el microondas. Cuando se transportan alimentos sensibles (excursiones, picnics, etc.) es mejor utilizar una nevera portátil con acumuladores de hielo.
No perdamos de vista que muchas veces se pueden evitar las diarreas infecciosas, y cuando se producen, debemos obrar con cautela y consultar cualquier duda al pediatra. Vale más pasarse de insistente que de imprudente.
Imagen | Bermi Ferrer Fuente | Zona Pediátrica En Peques y Más | Diarreas en los niños: las causas más frecuentes y cómo debemos actuar