Un análisis sobre el último anuncio televisivo de las pizzas de Casa Tarradellas nos muestra una posible conclusión, omitir la verdad también es una forma de mentir. Todo comienza cuando vemos el anuncio y contrastamos diálogo e imágenes, podemos entonces darnos cuenta que es un tipo de publicidad que intenta instaurar respuestas deductivas erróneas en quienes los contemplan y especialmente en los niños.
Una pizza puede resultar un alimento sano y saludable si se prepara con ingredientes frescos y naturales, no es el caso de las pizzas preparadas que se encuentran cargadas de aditivos, colorantes, estabilizantes y conservantes, algunos de ellos negativos para la salud humana. No encontramos admisible la forma en la que se omiten las respuestas veraces en este anuncio que puede predisponer a los pequeños a asociar las pizzas preparadas con una alimentación sana y equilibrada. El diálogo comienza de este modo, en un escenario que muestra una casa de campo antigua, aparecen caminando una abuela con su nieto, el niño pregunta “Abuela, ¿que comían antes los niños de esta casa?. La respuesta proporcionada es totalmente veraz, “lo que siempre han comido los niños”. Antaño no existían ni los platos preparados ni tampoco los componentes artificiales utilizados en la elaboración de los alimentos.
La siguiente escena muestra a la abuela preparando una masa de pizza y sobre la mesa aparecen ingredientes naturales, aceite, tomates, queso, etc., el niño pregunta “¿y qué es?”, la abuela contesta coincidiendo con las imágenes mostradas, “Pues, cosas buenas y naturales, pan, aceite, queso”.
Hasta aquí pudiera ser un anuncio normal, pero cuando el niño pregunta, “¿entonces comían pizza?”, la respuesta de la abuela es una clara omisión de la verdad, ya que la contestación nada tiene que ver con la pregunta. “Hay… las cosas buenas no cambian”. Este es un claro ejemplo de su intencionalidad, puede ser considerado un anuncio subliminal.
Las pizzas pueden ser un alimento nutritivo y divertido para los niños siempre que sean elaboradas de forma artesanal y con productos frescos, se puede anunciar una pizza preparada, pero en ningún caso mostrar que es un producto tradicional en la alimentación de los niños y menos cuando resulta ser un plato preparado.
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