Un niño no se comporta de igual manera a los cinco que a los nueve años, no tiene los mismos intereses a los cuatro que a los 10. A los padres nos cuesta adaptarnos al crecimiento cuando de repente (o casi) dejan de contarnos las cosas que les ocurren en el cole, o cuando ya no quieren que les leamos por las noches.
Pero que tomen sus propias decisiones, como que sean capaces de elegir es buena señal. Un niño no está preparado para ser completamente autónomo a los 11 años (aunque muchas series infantiles lanzan este mensaje equivocadamente), pero por otra parte necesita mucho más la presencia de sus amigos. Me encanta esta etapa en la que desean mantener el vínculo a pesar de que ya saben que están preparándose para volar, me gusta saber que aún tenemos capacidad para guiarles en sus acciones, que aún cuentan con nosotros cuando deben escoger.
Con la lectura es tan fácil (o tan complicado) como en otras áreas: la literatura infantil recomendada para diferentes edades debe ser únicamente una guía, pues en realidad son la madurez y los intereses de los niños los que determinan qué género literario les atrae más. Si después de esto que os he contado, tenéis curiosidad por saber qué lecturas les gustarían más a vuestros niños preadolescentes, seguid leyendo: Que un niño de 10 años tenga interés por la lectura como forma de entretenimiento denota el interés que ha tenido su familia por acercarle a la cultura, así como su propia determinación por mantener una afición que no observará en su entorno. Es necesario que los padres valoremos el esfuerzo y que no pongamos en duda sus elecciones, para no ponérselo difícil.
Porque una cosa es sugerir los libros que a nosotros nos gustaría para ellos, y otra muy diferente es cuestionar el tipo de lectura por el que se decanta (a no ser – claro está – que los contenidos sean claramente inapropiados para su desarrollo )
¿Qué les suele gustar a los niños de entre ocho y 13 años?
Libros de aventuras con protagonistas que forman parte de una pandilla. Misterio que mantiene la intriga hasta el final, historias de miedo.
Libros de poemas.
Versiones adaptadas (o completas) de los clásicos. En este punto quizás sea necesario reforzar la supervisión porque (por ejemplo) un niño puede leer una escena de Macbeth (¡en serio!), pero la tragedia entera se le haría pesada y perdería en interés. Afortunadamente hoy en día se encuentran versiones para niños de muchos de los clásicos, a otros no es necesario adaptarlos (‘La isla del tesoro’ por ejemplo).
Revistas sobre sus temas preferidos, y series de libros o fascículos.
La fantasía con contenidos sobrenaturales - siempre que les resulte verosímil - atrae a muchos chicos y chicas que prefieren sumergirse en un viaje en el tiempo antes que temblar de miedo. Se incluyen las aventuras épicas en este punto.
Relatos de humor.
Libros informativos sobre ciencia, historia, viajes, otras culturas, animales, etc.
Historias de la vida real con protagonistas de su edad.
Atrás quedaron los libros ilustrados con vivos colores que narraban tiernas historias ambientadas en escenas y personajes inocentes, es probable que ya no podamos incluir canciones como parte de la trama de un libro para pre adolescentes, e incluso que se avergüencen si intentamos escenificar la lectura. Pero ¿no es hermoso ver cómo crecen y se van diferenciando del bebé que conocimos en su nacimiento?
Libros ¿para qué edad?
Creo que las recomendaciones de las editoriales sólo se deben tomar como referencia, y sé que cada niño tiene un nivel y unos hábitos de lectura diferentes, por eso insisto en la necesidad de acercarse a sus preferencias. ¿qué le gusta? ¿qué quiere leer?
Si atendemos a la psicología evolutiva, a partir de los nueve años, las narraciones serán más largas y se pueden introducir libros sobre temas de conocimiento que les interese; a los 12 años aparecería el interés por las aventuras. En muchos casos esto sucede antes, en otros el interés por los libros se pierde más pronto, todo depende del niño, y de cómo la familia gestione el interés general por la lectura.
Un consejo más: pedidles que os continúen acompañando a la biblioteca, no tengáis miedo de sus elecciones (siempre utilizando el sentido común para descartar un libro que aparente impropio), y pregundadles por la trama de su última lectura.
Si ya no tienen tanto interés en comunicarse con vosotros, podéis dejarles el libro que habéis comprado encima de la cama con una notita, fotocopiarles (y pegar con celo en su armario) la escena más emocionante de la novela de intriga que el vecino ha leído, o enviarles un correo electrónico con algunas sugerencias.
Imagen | qwrrty En Peques y Más | Leer beneficia a los niños en su rendimiento escolar, Si tienes dudas sobre las lecturas a escoger para tus hijos, estos consejos te pueden ayudar