Se acaba de publicar en The Lancet Respiratory Medicine uno de los mayores estudios epidemiológicos prospectivos en su ámbito, según el que los investigadores concluyen que "la exposición a los contaminantes del aire durante el embarazo aumenta significativamente el riesgo de un menor crecimiento fetal".
La doctora Marie Pedersen, autora principal del estudio 'Ambient air pollution and low birthweight: a European cohort study (ESCAPE)', es investigadora del Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (CREAL) de Barcelona. Afirma que según sus hallazgos, una proporción importante de los casos de bajo peso al nacer podrían evitarse en Europa si la contaminación del aire urbano se redujera. Los investigadores estiman que, por cada aumento de 5 microgramos por metro cúbico (5μg/m³) en la exposición a las partículas finas durante el embarazo, el riesgo de bajo peso al nacer aumenta en un 18%. Se trata de un aumento habitual de estas partículas que se encuentran en, por ejemplo, las emisiones de los vehículos y los contaminantes atmosféricos industriales. Es importante destacar que este incremento del riesgo persiste en niveles por debajo del límite de calidad del aire existente anual de la UE de 25μg/m³.
Usando datos del Estudio europeo de cohortes para los efectos de la contaminación del aire (ESCAPE), los investigadores combinaron datos de 14 estudios de cohortes en 12 países europeos (Noruega, Suecia, Dinamarca, Lituania, Inglaterra, Países Bajos, Alemania, Francia, Hungría, Italia, Grecia y España), en los que participaron más de 74.000 mujeres que tuvieron a sus bebés entre febrero de 1994 y junio de 2011.
En particular, de España participaron 2.623 madres-hijos de Sabadell (Barcelona), Asturias, Guipúzcoa, Valencia y Granada que participan en el proyecto INMA-Infancia y Medioambiente, cuyo director es el Dr. Jordi Sunyer, codirector del CREAL, centro CERCA (Centros de Investigación de Cataluña).
Los niveles medios de exposición de esas partículas finas de las que se habla (PM2, 5) durante el embarazo en la población estudiada, variaron de menos de 10μg/m³ a casi 30μg/m³. El Dr. Manolis Kogevinas, codirector del CREAL, añade que “si los niveles de PM2,5 se redujeran a 10μg/m³ (el valor de referencia de la OMS como media anual de calidad del aire), se podría prevenir el 22% de los casos de bajo peso al nacer de los partos de más de 37 semanas”.
La amplia exposición de las mujeres embarazadas de todo el mundo a la contaminación del aire urbano en concentraciones similares o incluso superiores a las evaluadas en nuestro estudio ofrece un mensaje claro a los responsables políticos para mejorar la calidad del aire que todos compartimos
El estudio es muy concluyente: todos los contaminantes del aire, que fundamentalmente son partículas finas, aumentan el riesgo de bajo peso y de reducción de la circunferencia media de la cabeza de los bebés. Para llegar a este dato se han aislado previamente otros factores como el tabaquismo materno, la edad, el peso y la educación.
Sin olvidar que los bajos niveles de contaminación atmosférica durante el embarazo, también se relacionan con problemas respiratorios en la infancia, y con otras enfermedades que se puedan padecer a lo largo de la vida.
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