Hoy hablamos de una gran noticia dentro de una mala noticia. La mala noticia es que el número de bebés que nacen prematuros sigue siendo muy elevado (1 de cada 10 bebés que nacen hoy en día en el mundo lo hace antes de tiempo), y dentro de ese gran número de bebés prematuros, hay unos cuantos que nacen demasiado pronto, a los que llamamos prematuros extremos, por llegar al mundo entre la semana 22 y 28, cuando un embarazo a término es aquel que cuenta con 40 semanas de gestación.
La buena noticia es que la atención a estos bebés y el progreso médico está ayudando a que, pese a todo, cada vez más prematuros extremos salgan adelante. Si a esto sumamos que suelen ser unos bebés muy luchadores (o eso nos gusta creer, que dentro de su fragilidad son tan fuertes como para tratar de sobrevivir), la esperanza crece, mientras se sigue trabajando para tratar de disminuir el número de partos prematuros mediante otras investigaciones paralelas.
Cada vez más supervivencia y con menos complicaciones
Para dar esta buena noticia se ha realizado un estudio en EE.UU., donde se han revisado más de 34.600 historias de bebés nacidos entre la semana 22 y 28 entre 1993 y 2012. Al evaluar las tasas de supervivencia se vio que que con el paso de los años, en esos 19 años, se pasó de un 27% a un 33% en los bebés nacidos a las 23 semanas y de un 63% a un 65% en los nacidos a las 24 semanas. Si los bebés nacían a las 25 o 27 semanas el aumento era algo menos pronunciado, y como dato curioso, comentar que no se vio ningún cambio cuando los bebés nacían en las semanas 22, 26 y 28.
Además de la supervivencia, valoraron las tasas de supervivencia sin complicaciones importantes, es decir, niños que se mantenían vivos sin secuelas relativamente graves, que ha aumentado un 2% cada año que ha pasado en los bebés nacidos entre las semanas 25 a 28 (un 2% por año nos da un porcentaje de un 38%, que es una mejoría excelente).
Estos avances se han producido al irse cambiando los protocolos de actuación e ir mejorando en la atención. Por un lado, el uso de esteroides (cortisona) en las mujeres antes de dar a luz se ha hecho extensivo en la mayoría de casos y esto ayuda a que los pulmones maduren un poco más antes de nacer y les dé un empujoncito para salir adelante. Por otro, se ha reducido el número de bebés intubados nada más nacer, y esto parece generarles menos complicaciones finales. Además, han disminuido el número de infecciones al nacer, que son un factor de riesgo de sepsis neonatal y pueden acabar siendo fatales.
En palabras de la Dra. Bárbara Stoll, autora del estudio:
Nuestro análisis muestra que los niveles de supervivencia de los bebés extremadamente prematuros y los niveles de supervivencia sin problemas de salud importantes han mejorado a lo largo de 20 años [...] Uno de nuestros hallazgos más importantes es el aumento significativo en el nivel de supervivencia sin problemas de salud neonatal importantes en los bebés nacidos entre las 25 y las 28 semanas. Aún así, debemos centrarnos en reducir las altas tasas de nacimientos prematuros, ya que aproximadamente 450,000 bebés nacen de forma prematura cada año en Estados Unidos.
Y esa es la idea, que se siga avanzando en tratar de prevenir los partos prematuros, porque aunque tengan cada vez mejor pronóstico, las tasas de supervivencia siguen siendo bajas, las complicaciones muchas, y los gastos para los sistemas de salud muy elevados. Por el bien de todos, pero sobre todo de los bebés y sus familias, hay que seguir investigando para poder evitar un número tan elevado de prematuros.
Y mientras tanto, obviamente, seguir avanzando en las técnicas y en las intervenciones para mejorar la calidad de unos bebés que, simplemente, llegaron cuando no les tocaba nacer, y que merecen recibir todas las atenciones para tener, también, su propia oportunidad en este mundo.
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