Los reflejos innatos son las respuestas automáticas e involuntarias que realiza el recién nacido ante la presencia de un determinado estímulo. La respuesta refleja implica generalmente un movimiento, como en el caso del que hablamos hoy, el reflejo de babinski en el bebé, también conocido como reflejo plantar extensor.
¿Qué es el reflejo de Babinski?
El reflejo de Babinski consiste en el movimiento del dedo gordo del pie hacia arriba, hacia el empeine, y los otros dedos se abren en abanico cuando se frota la planta del pie del bebé. Al tocar o acariciar las plantas de los pies desde el talón hacia los dedos, el bebé abrirá los dedos.
¿Hasta cuándo presentan el reflejo de Babinski?
Los reflejos primarios del bebé tienden a desaparecer tras distintos periodos, en el caso del reflejo de Babinski es normal en los niños hasta los dos años, aunque ya antes, incluso antes de alcanzar los doce meses, puede desaparecer. Es alrededor de los 18 meses cuando habitualmente este reflejo es inhibido por los centros superiores.
Es decir, suele desaparecer tras el proceso del bebé de reptar y gatear, al arrastrarse con la punta de los pies ayudándose para el movimiento, y al comenzar a caminar. Si el niño camina de puntillas podría ser debido a que se ha saltado esta etapa y el reflejo de Babinski no ha desaparecido (aunque no hemos de preocuparnos, probablemente no sea esta la causa y es el pediatra el que ha de confirmarlo).
Cuando los niños alcanzan la madurez biológica, desarrollan el reflejo de Babinski negativo, que se mantiene hasta la edad adulta. Al realizar la misma presión en la planta del pie, los dedos del pie se cierran hacia el interior del pie y el talón se aleja.
¿Qué sucede si mi bebé no lo tiene?
La ausencia del reflejo de Babinski en el recién nacido, o cuando este se presenta en un niño mayor de dos años o en un adulto, con frecuencia es un signo de un trastorno del sistema nervioso o del cerebro (esclerosis lateral amiotrófica, lesión o tumor cerebral o en la médula espinal, meningitis, esclerosis múltiple, accidente cerebrovascular...).
En definitiva, podemos probar que nuestro bebé tiene el reflejo de Babinski, desde que nace, masajeando o presionando la planta del pie, aunque como todo reflejo temporal, desaparecerá cuando el niño crezca.
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