La hipertensión arterial es un problema de salud pública mundial. El aumento de la tensión arterial es peligroso en cualquier persona, ya que contribuye a la carga de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal, y a la mortalidad y discapacidad prematuras. Y aunque se trata de un problema que afecta fundamentalmente a los adultos, la hipertensión pediátrica tiene una prevalencia creciente, aunque con frecuencia está infradiagnosticada.
Cada vez hay más estudios que relacionan la presión arterial en la infancia con la de la edad adulta, en el sentido de que un niño con cifras elevadas de presión arterial tiene más riesgo de convertirse en un adulto hipertenso. Nosotros como padres podemos proteger a nuestros hijos de la hipertensión, ya que se sabe que el aumento de las tasas de obesidad, los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo son causa del creciente número de niños hipertensos.
La mayoría de los casos de hipertensión en población pediátrica suelen ser de causa secundaria, es decir, consecuencia de otra patología subyacente, si bien cada vez hay más casos de hipertensión primaria o esencial, en los que no hay una causa identificable, aunque se relaciona como hemos dicho con la obesidad.
Según la OMS, la hipertensión es una enfermedad letal, silenciosa e invisible, que rara vez provoca síntomas. Es importante detectarla a tiempo para prevenir complicaciones, pero más importante es prevenir la hipertensión. Y aunque muchos de los consejos que ofrecen están dirigidos a personas adultas, ya desde la infancia podemos proteger a los niños de la hipertensión.
Esto se consigue modificando factores de riesgo relacionados con hábitos de comportamiento, como una dieta malsana o la inactividad física. El tabaco y el alcohol puede aumentar el riesgo de complicaciones de la hipertensión en los adultos. En los niños, la probabilidad de padecer hipertensión y sus consecuencias adversas se puede minimizar mediante:
Dieta saludable
- Fomentar modos de vida saludables, con énfasis en una adecuada nutrición de los lactantes y los jóvenes.
- Reducir el consumo de sal a menos de 5 gramos por día.
- Consumir cinco porciones de frutas y hortalizas al día.
- Reducir la ingesta de grasas saturadas y de grasas en general.
Actividad física
- Realizar regularmente ejercicio físico y promover la actividad física de los niños y los jóvenes. La OMS recomienda realizar actividad física por lo menos durante 30 minutos al día, cinco días a la semana.
- Mantener el peso corporal en valores normales.
Se ha demostrado que la pérdida de peso, posible gracias a la dieta saludable y a la práctica regular de actividad física, conlleva una mejoría en el control de la presión arterial en niños y adolescentes hipertensos independientemente de otros factores.
Cero tabaco
Aunque se trata de un consejo para los adultos, también afecta a los niños, ya que no solo se recomienda detener el consumo, sino también eliminar la exposición al humo del tabaco. Y sabemos que los hijos de padres fumadores presentan más problemas relacionados con el tabaquismo pasivo.
Reducir el estrés
De nuevo estamos frente a un consejo dirigido principalmente a los adultos, pero ya que cada vez se cuentan más niños estresados en el mundo, no hemos de olvidar este factor. Algunos estudios han demostrado que la realización regular de técnicas de relajación, meditación, músicoterapia... puede favorecer un mejor control de la presión arterial. Manejar apropiadamente el estrés contribuye a la salud total de las personas.
Recordemos que el tratamiento de la hipertensión arterial tiene un abordaje no farmacológico, basado en medidas modificadoras del estilo de vida, y otro farmacológico, al que no siempre es necesario acudir. En el caso de que tu hijo tenga hipertensión, el médico determinará la manera de actuar una vez conocidas las características particulares del problema.
Según la Asociación Española de Pediatría, las medidas no farmacológicas (reducción de peso, dieta y ejercicio) deben iniciarse en todos los casos de hipertensión arterial e incluso con presión arterial normal-alta. Pero siempre que podamos prevenir la hipertensión en los niños nos evitaremos futuras complicaciones. ¡Solo se trata de llevar unos hábitos de vida más saludables!
Fotos | iStock
Vía | OMS, AEPed
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