Generalmente, una fisura anal en el bebé es provocada por el estreñimiento, ya que al ser las heces tan duras y con los bordes tan secos, pueden desgarrar la mucosa de las paredes. El dolor que le produce puede hacer que no quiera hacer caca para evitar el dolor, siendo peor el remedio que la enfermedad.
La fisura anal es una pequeña grieta de poca profundidad que se localiza en la mucosa del ano y nosotros podemos detectarla cuando es interior si apreciamos en las deposiciones del bebé unos puntos de sangre roja. También la podemos detectar si es exterior a simple vista y un síntoma muy posible es que el bebé llore cada vez que hace caca, la causa puede ser una fisura anal. Cuando está provocada por el estreñimiento, lo primero es tratar de que las heces sean blandas y no le resulte tan doloroso. Además, debemos limpiar muy bien la zona con un paño húmedo siempre que el bebé haga caca. Seguramente el pediatra nos aconsejará alguna pomada antiinflamatoria para que esta fisura tan molesta para el bebé se cierre. Puede darse el caso que sea un poco más grave de lo que pensamos y el pediatra nos aconseje un enema lubricante para ayudar al bebé a expulsar las heces.
Una fisura anal es bastante molesta para el bebé, la atención de los padres ante cualquier signo extraño ayudará siempre a detectar cualquier problema y poder solucionarlo. Nosotros somos quienes tenemos que tener cura de él, para que un problema sin importancia no vaya a mayores.
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