Se ha demostrado que el flúor es eficaz para la prevención de la caries, pero si tragamos demasiado flúor durante el periodo de formación del diente (en pasta de dientes o colutorios que lo contienen) puede alterarse el esmalte de los dientes y aparecer manchas, lo que se conoce como "fluorosis".
Por ello, el uso del flúor en niños pequeños tiene unas recomendaciones dentro de unos límites de seguridad. La Asociación Española de Pediatría recomienda hasta los seis años utilizar una pasta dentífrica infantil, específica para niños, ya que estas contienen flúor, pero menos. Aunque no es esta la única recomendación. ¿Qué pasa con los niños más pequeños?
Hasta los dos años hay que poner solo una cantidad pequeña de esta crema dental infantil (con flúor), como una pintada sobre el cepillo, y entre los dos y los seis años en cantidad como de un guisante. A partir de los seis años ya pueden utilizar la pasta de los adultos y la cantidad de uno a dos centímetros sobre el cepillo. Volveremos sobre estas recomendaciones más abajo.
Los padres debemos supervisar el proceso de cepillado dental hasta, por lo menos, los siete años de edad (para evitar que traguen pasta) y es importante que los niños se laven los dientes al menos dos veces al día y especialmente importante es el cepillado de la noche, antes de acostarse.
En los últimos protocolos para el uso del flúor en niños (Documento de consenso de la Academia Europea de Odontología Pediátrica) con la Sociedad Española de Odontopediatría recomienda "vehementemente" que el uso diario de flúor debería ser la parte principal de cualquier programa completo de prevención para el control de la caries en los niños.
Añade que el uso del flúor debe ser equilibrado entre la estimación del riesgo de caries y los posibles riesgos de los efectos tóxicos de los fluoruros.
La Sociedad española de Odontopediatría señala que el cepillado dental con pasta con flúor es lo más cercano al método ideal de salud pública, ya que su uso es práctico, barato, aprobado culturalmente y de gran alcance. Pero recuerda el riesgo importante de que los niños se traguen cantidades considerables de pastas fluoradas, especialmente en los tres primeros años de vida.
De hecho, se ha calculado que un preescolar, con dos cepillados diarios, puede deglutir alrededor de 1 gramo de pasta dental al día, debido a la inmadurez del reflejo de deglución. Por ello hay que controlar bien a los pequeños cuando se cepillen los dientes.
De modo que, pasta con flúor, sí. En cuanto a la concentración de flúor, no hay suficiente evidencia de que una pasta de dientes con una concentración de flúor de 500ppm o menos tenga un efecto preventivo contra la caries, de modo que deberíamos buscar una pasta con mayor concentración.
Riesgo de que aparezcan manchas en el esmalte de los dientes y flúor recomendado
El flúor es un elemento químico perteneciente al grupo de los halógenos, que en el ser humano está principalmente asociado a tejidos calcificados (huesos y dientes) debido a su alta afinidad por el calcio. Cuando se consume en cantidades óptimas se consigue aumentar la mineralización dental y la densidad ósea, reducir el riesgo y prevalencia de la caries dental y ayudar a la remineralización del esmalte en todas las épocas de la vida. Pero, ¿cuánto flúor es adecuado?
Los estudios que han resumido los riesgos de padecer manchas de esmalte o fluorosis concluyen que el riesgo es mayor cuando la exposición tiene lugar en las fases secretoria, como en la de maduración de la formación del esmalte. Existen por lo tanto diferencias entre las edades:
De cero a cuatro años. Se produce la calcificación y maduración de los primeros incisivos y molares permanentes, por lo que los niños pequeños tienen riesgo de presentar manchas en estas piezas. Más en concreto, es entre los 15 y los 30 meses de edad el periodo de mayor riesgo. Aquí el que el uso de fluoruros debe ser cuidadosamente controlado y equilibrado con las necesidades de prevenir la aparición de caries en la infancia. Especial atención debe darse al uso de fluoruros de aplicación tópica (pasta de dientes) durante este periodo de la vida debido a un control inadecuado, por parte del niño, del reflejo de deglución: se traga restos de pasta o de colutorio. Entre los seis meses y los dos años, la Academia Europea de Odontología Pediátrica recomienda el cepillado dos veces al día con una pasta de dientes con 500ppm de flúor y la cantidad similar a un guisante. A los dos años ya se puede usar una pasta con 1000 ppm. de flúor.
De cuatro a seis años. Ocurre la calcificación y maduración de los dientes posteriores (premolares y segundos molares) y existe un alto riesgo de que se formen manchas de esmalte, aunque en este caso representa un problema estético menor (no se ven estas piezas habitualmente) y necesita ser contrapuesto frente al marcado beneficio en la prevención de la caries que supone el uso de los fluoruros. Entre los dos y los seis años, el cepillado ha de ser dos veces al día con una pasta de dientes con entre 1.000 y 1.450 ppm de flúor y la cantidad sigue siendo la similar a un guisante.
De seis años en adelante. El riesgo de que se formen manchas de esmalte durante este periodo es insignificante, a excepción de los terceros molares que son los que aún no han salido. Se aconseja el cepillado dos veces al día con una pasta de dientes con 1.450ppm de flúor y la cantidad de uno a dos centímetros.
¿Qué pasa con los enjuagues bucales?
Hoy en día existen en el mercado una cantidad considerable de enjuagues bucales "de uso casero" específicos para niños. En caso de que los usen, serán estos enjuagues o colutorios infantiles y no otros los que usen nuestros hijos, ya que los de adultos contienen más cantidad de flúor y tienen más riesgos de fluorosis.
Estos enjuagues de uso casero son eficaces en la prevención de la caries, por lo que se recomienda su uso para prevenir la caries dental en los dientes permanentes. En los dientes temporales no existe evidencia, por lo que no se recomienda su uso en niños menores de seis años. Así lo señala la Asociación española de Pediatría:
Se emplean soluciones diluidas de sales de flúor con las que se realizan enjuagues bucales diarios o semanales. Deben recomendarse a partir de los seis años para asegurarnos que el niño no ingerirá el líquido.
En cualquier caso, es recomendable:
- La supervisión del procedimiento por parte de los padres u otro adulto responsable.
- Para uso diario, puede emplearse una solución de flúor al 0,05 %.
- Los niños deben enjuagar 10 mililitros de colutorio durante un minuto para escupir todo el colutorio después, evitando la ingestión.
- Se debe indicar al niño que ni coma, ni beba ni se aclare la boca con nada durante media hora después del enjuague del colutorio de flúor, porque se produciría ingesta de este elemento.
- Como alternativa puede practicarse un enjuague semanal con concentración de 0,2 %, sin ingerir nada en la siguiente media hora.
Como conclusión, remarcamos que las pastas de dientes que utilicen los niños han de ser específicas infantiles, ya que contienen flúor en las cantidades adecuadas para prevenir de manera efectiva la caries y reducir los riesgos de fluorosis. ¡Y acompáñalo siempre en el cepillado!
Más información | Odontología Pediátrica, AEPED
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