Los accidentes, como tales, no se pueden prevenir, lamentablemente. Porque si pudiese volver el tiempo atrás para impedir que mi niña se hubiese dado aquel golpe en el diente lo haría.
Quiero advertirles para que no les suceda como a mí, que por no ver síntomas en su momento y no llevarla a tiempo, ahora la situación es más complicada.
Ha sucedido hará cosa de un mes. Jugando, mi niña que va a cumplir tres años en un par de meses, se ha caído al suelo y se ha golpeado una paleta. Le salió mucha sangre y por su llanto me pude dar cuenta que le dolió bastante. Comprobé que el diente no se moviera, limpié bien su boca y pasó.
Pero hace una semana he notado que su diente se ha vuelto gris, enseguida me acordé del golpe y me arrepentí de no haberla llevado al dentista antes.
Cuando la llevé, el odontólogo me dijo que no había nada que se pudiera hacer y que si el golpe afectó de alguna manera a su diente permanente, el daño ya estaba hecho y no hay solución.
Ante tan absurdo diagnóstico sin siquiera hacerle una radiografía, consulté con otro especialista, quien me dijo que el diente ha cambiado de color por presentar una necrosis del nervio.
No pretendo dar una clase de odontopediatría, pero por lo que me ha explicado quiere decir que el nervio del diente se ha muerto con el golpe y hay que quitar el nervio (hacer una pulpectomía) para evitar una posible infección que pudieran afectar al diente permanente.
Aunque el diente golpeado es de leche y en tres o cuatro años se caerá, la complicación no es que tenga unos años un diente negro (que también), sino que esa necrosis puede afectar el color o la forma de la pieza definitiva que está “esperando” en la encía. Y ya condenar a un diente que es para toda la vida a un tratamiento más complicado sería insensato.
Por eso, estoy hoy preocupada pues esta tarde mi niña tan pequeñita tendrá su primer cara a cara con el torno, la anestesia y demás aparejos dentales.Tienen que hacerle un agujerito por la parte trasera del diente para limar el nervio muerto y rellenar con un compuesto blanco que le devuelve el color al diente.
Intento no transmitirle mi fobia por los dentistas, en estos casos las mamás debemos darles tranquilidad y estar junto a ellos para protegerlos. Por esa misma fobia, desde que le salieron los dientes los cepillamos dos veces al día y me preocupo de que estén muy sanos para que tenga que acudir al dentista lo menos posible en su vida. Pero mira por donde, se da un golpe y ¡zas!
Ya os contaré más, pero quería comentarles mi experiencia por si les pasa lo mismo. Aunque en el momento no veáis nada extraño, llevar a los niños al dentista sin perder tiempo cuando se den un golpe fuerte en los dientes.
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