Hace cinco años que practico el colecho y eso suman cinco años recibiendo consejos no solicitados (como casi todos los padres y madres con cualquier tema relacionado con la crianza). En estos cinco años he pasado por diferentes etapas en las que he respondido de diferente manera a dichos consejos.
En los inicios defendía mi postura a capa y espada, poniendo toda la carne en el asador si hacía falta (mencionando literatura, estudios, etc.). Después pasé por una etapa en la que para evitar dichos momentos no hacía mención alguna a cómo eran las noches en mi casa. Finalmente llegué a la conclusión de que dormía con mis hijos porque así dormían mejor, pero sobretodo porque nos gustaba a todos hacerlo y dejé de esconderme para utilizar este argumento: “lo hago porque me gusta estar con ellos”.
Desde hace unos días he decidido utilizar un nuevo argumento, a sumar al de “porque me gusta”, porque tras ver a la última mujer echarse las manos a la cabeza con un “no sabéis lo que estáis haciendo”, he pensado que hacía falta un nuevo argumento: duermo con mi hijo para que aprenda a dormir acompañado (que explicaré siempre que lo utilice de un modo irónico).
Cuanto antes lo aprenda, mejor
Una de las razones que muchos padres utilizan cuando realizan algún método educativo mínimamente cuestionado es aquel que dice que cuanto antes lo aprenda, mejor.
El que da un cachete de vez en cuando para educar a su hijo y evitar que en el futuro las cosas se le tuerzan dice que lo hace para que aprenda ya lo que no se puede hacer.
El que apunta a su hijo a la guardería siendo bien pequeñito para que empiece a relacionarse con los niños y a vivir en sociedad, para la bueno y para lo malo, dice que, ya que acabará viviendo su vida en esta sociedad que tenemos, cuanto antes lo aprenda, mejor.
El que niega a su hijo algo que le ha pedido simplemente por gusto (porque se lo podría dar sin problemas) porque ha decidido que en la vida no se puede tener todo, explica que cuanto antes se den cuenta los niños de eso, mejor.
Pues bien, me subo al carro, me sumo a la moda y ahora soy yo el que dice que, dado que la mayor parte de nuestra vida la pasamos durmiendo acompañados, he decido empezar desde pequeñitos a enseñarles a hacerlo, porque cuanto antes lo aprendan, mejor.
Forzando hábitos que luego dejarán de utilizar
La mayoría de métodos y recomendaciones ligadas al sueño que tienen como objetivo conseguir que un niño duerma solo en su cuna se relacionan a técnicas a aplicar para que los niños adquieran unos hábitos que, curiosamente, luego habrá que eliminar.
Se dice que los bebés y los niños no pueden dormir en una cama familiar, sino que deben hacerlo en una cuna. Mis hijos nunca han dormido en una porque no tiene sentido alguno. Cuando tengan veinte años (quizás antes, quizás después), estarán deseando compartir una cama grande con su pareja y cuando vivan con ella lo harán para el resto de sus vidas. Lo siento, pero no seré yo quien enseñe a dormir a mis hijos en una cuna si toda la vida dormirán en una cama.
Se recomienda añadir un peluche como acompañante de los bebés para que no se sientan solos. Sin embargo, cuando sean adultos compartirán cama con una persona querida, así que parece bastante ilógico enseñar a un bebé a dormir acompañado de un peluche, probablemente con llantos de por medio (porque él lo que quiere es tener al lado a una persona querida), si luego habrá que enseñarle a no hacerlo (y en algunos casos ni siquiera se conseguirá).
Es más, muchos niños tienen hermanos y muchos hermanos duermen juntos. Ni siquiera hay que esperar 20 años para que empiecen a dormir con un ser querido, porque lo harán mucho antes. Pues lo dicho, para que se vayan acostumbrando para el día que duerman con su herman@, creo que lo ideal es que duerman acompañados de sus seres queridos ya desde pequeñitos.
Resumiendo
A los argumenos que ya utilizaba anteriormente añado este: duermo con mi hijo para que aprenda a dormir acompañado. Lo bueno es que tengo un argumento más, lo malo es que tendré que explicarlo y la gente no sabrá si tomarme en broma o en serio (quizás esto deba ir en lo bueno).
En cualquier caso, dentro de un tiempo, según esté mi humor, volveré a cambiar mi discurso.
Foto | Karen Sheets en Flickr
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