En los últimos tiempos los métodos de crianza han cambiado, y dentro de toda esta revolución destaca la crianza respetuosa.
Este estilo de crianza no se basa en dejar crecer a los niños sin límites ni normas, sino en acompañarlos desde el respeto, el amor y la empatía.
En este tipo de crianza sí existen límites claros por parte de los cuidadores, que los establecen desde la premisa de preservar tanto la integridad del niño como la de los demás, en todos los ámbitos.
Así, la base de este estilo de crianza es, como su nombre lo indica: el respeto. Esto quiere decir que la manera de educar a los niños está cimentada en los valores.
Y no se refiere sólo a respetar los deseos del niño, sino también a enseñarles a aprender a respetar a los demás para tener una convivencia tranquila, serena y feliz. Pero, ¿cómo podemos establecer normas en casa desde este tipo de crianza? Vamos a dar algunas pautas para lograrlo.
Estableciendo normas en casa
El establecimiento de normas puede ser un tema de preocupación para los padres, principalmente para aquellos que están empezando en el mundo de la crianza respetuosa.
Si es tu caso, no te preocupes, con estos consejos te será mucho más simple:
Se aprende mejor con el ejemplo
A la hora de criar a nuestros niños, lo más importante y que nunca debemos olvidar es que ellos aprenden de lo que ven. Así, nuestro comportamiento debe ser siempre coherente con lo que queremos transmitirles y que desarrollen.
Si queremos que nuestro hijo cumpla determinadas normas, es fundamental que nosotros también las cumplamos. Por ejemplo, si queremos que la familia coma unida en la mesa, mamá o papá no puede sentarse en otro lugar o comer después.
Nuestros hijos aprenden de lo que ven, no de lo que les decimos.
“El mejor tipo de padre que puedes ser es predicar con el ejemplo.”
-Drew Barrymore-
Coherencia ante todo
La coherencia es fundamental a la hora de implementar normas para nuestros pequeños. No podemos decir una cosa y hacer otra. Tampoco debemos establecer normas para luego, saltarlas más adelante o cambiarlas y hacer caso omiso de ellas a conveniencia.
Dos de las cosas más complejas para los padres son (en muchos casos), la constancia y coherencia, y esto es algo a lo que debemos estar atentos. Las normas que se establecen en casa deben cumplirse en todo momento; eso no quita, lógicamente, que podamos ser flexibles en algunos casos (la rigidez tampoco es aliada de la crianza respetuosa).
Y si somos flexibles, es importante que dejemos claro a los niños que es una excepción a las normas.
No des nada por sentado
A los adultos muchas veces se nos olvida que los niños no saben lo mismo que nosotros. Ese es un error bastante frecuente, y si te ha pasado no tienes por qué avergonzarte ni sentirte culpable por ello.
Es fácil olvidar que los niños pueden no tener información acerca de los comportamientos aceptables y de los que no. Por ejemplo: tirar un zumo a propósito en el suelo no es lo más adecuado, pero quizás el niño no lo sepa.
Entonces, antes de pensar en regañarlo por eso es imprescindible explicarles el por qué de las cosas, y qué cosas esperamos de ellos y cuáles no.
Menos es más
Por otro lado, a la hora de establecer normas y límites ten en cuenta que menos es más.
Pero ¿a qué nos referimos con esto?, estamos hablando de hablar de manera clara y sencilla, sin tantas explicaciones largas que pueden confundir. Por ello, utiliza un lenguaje claro y simple, así como frases cortas para poner límites y reglas.
Además, puedes aplicar este principio a la cantidad de normas que establezcas en casa. Por ejemplo, en lugar de poner 20 normas diferentes, trata de simplificarlas y de reducir su número.
Verás que mientras más claro sea lo que esperas de tu niño, más fácil será para él poder cumplir esas normas.
Apuntar las normas
Como vemos, es importante que dejemos claras cuáles son estas normas que proponemos. Una buena idea a la hora de transmitirlas a los niños es apuntarlas en una cartulina a la vista de todos (y por ejemplo, colgar la cartulina en la nevera).
Y en el caso de niños más pequeños, podemos hacerlo a través del dibujo. Por ejemplo, hacer un calendario semanal con normas como lavarse los dientes, peinarse, hacer la cama... ¡incluso ellos pueden ayudar a hacerlo!
La constancia es la clave
Los niños, sobre todo los más pequeños, es difícil que aprendan y acaten las normas a la primera vez que se las dices, y es algo totalmente normal.
Así, al principio será normal tener que repetir las normas varias veces para que puedan recordarlas, comprenderlas y aplicarlas.
Esto puede ser un poco frustrante en algunos momentos, pero ten paciencia; recuerda que esto también pasará, y que más pronto de lo que imaginas tu hijo habrá consolidado estas normas en su comportamiento.
Lo importante es persistir en enseñarles, siempre desde el más profundo respeto.
“Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista”.
-Michael Levine-
Normas basadas en la comprensión y los valores
La crianza respetuosa no se basa en una falta de normas. Al igual que otros estilos de crianza, las reglas y límites están presentes.
Lo que cambia es la manera de plantearlas y de enseñarlas, siempre con mucho amor, entendiendo y valorando las emociones del niño.
Atrás queda la imposición de normas desde el miedo y la manipulación para dar paso a una comprensión real de las mismas basadas en valores, y sobre todo, basadas en cómo es nuestro hijo, como ser único en el mundo, teniendo en cuenta qué necesita en cada momento.
“Solo hay dos legados duraderos que podemos dejar para nuestros hijos. Uno de estos son raíces, el otro, alas.”
-Hodding Carter-
Bebés y más | Lo que no dicen tus palabras: por qué deberíamos prestar mas atención al lenguaje no verbal que utilizamos con nuestros hijos, Cómo poner límites a los niños con respeto y empatía: siete claves de la disciplina positiva