Pensar es algo natural, humano, que nos diferencia de otros animales. Todos pensamos, pero, ¿pensamos bien? ¿Pensamos de forma adaptativa? La capacidad de reflexión es algo que se va adquiriendo con los años, de forma progresiva.
Aunque los niños, desde que son pequeños, se cuestionan las cosas y, afortunadamente, preguntan innumerables veces desde su insaciable curiosidad y su tierna inocencia, lo cierto es que la reflexión más consciente de las cosas aparece cuando son un poco más mayores.
Y es importante que los niños vayan desarrollando esta habilidad, porque les permitirá aprender, crecer, resolver problemas, entender la realidad, ser más flexibles y empáticos... e incluso ¡divertirse!
En este artículo hablaremos sobre lo que implica reflexionar, por qué es beneficioso hacerlo y cómo podemos fomentar esta reflexión consciente de las cosas en los niños. ¿Cómo acompañarles en este aventurado viaje que implica crecer y cuestionarse el por qué de las cosas?
¿Qué entendemos por reflexionar?
Si lo resumiéramos en pocas palabras, podríamos decir que reflexionar implica aprender a pensar.
Conlleva prestar atención a las cosas, darles una vuelta, valorar otros puntos de vista, ver la realidad desde otro lado... encontramos mil formas de entender esta habilidad, que es bastante innata en el ser humano.
Pero claro, no es lo mismo "pensar", o "reflexionar", sin más, que hacerlo de forma consciente.
¿En qué les beneficia a los niños reflexionar?
Reflexionar permite a los niños...
- Conocerse mejor a sí mismos.
- Desarrollar un pensamiento crítico.
- Expandir su mirada, su mente, ser más abiertos, flexibles y tolerantes.
- Entender qué límites poner, al mejorar su autoconocimiento.
- Resolver problemas, aprender, crecer.
¿Cómo fomentar la reflexión en los niños?
Ahora que tenemos un poco más claro qué implica reflexionar, y por qué es bueno potenciar esta habilidad, útil en la escuela, en la vida diaria, con la familia y los amigos, etc., vamos a ver cómo podemos ayudar a nuestros hijos a que reflexionen con consciencia y sentido:
Hacer preguntas
Las preguntas alimentan la curiosidad y el conocimiento de los niños. Por ello, a la hora de fomentar la reflexión en los niños, es importante que les hagamos preguntas sobre las cosas que les ocurren, sobre lo que ven, sobre el entorno...
Idealmente, preguntas abiertas, que proporcionan la posibilidad de obtener más información en la respuesta.
Y a su vez, es importante que animemos a los niños a que ellos mismos se cuestionen las cosas, que se pregunten. Que no den por sentado nada desde el principio.
- Ejemplos de preguntas que podemos hacer:
La lista de preguntas es infinita y, de hecho, cada persona o familia la adaptará a su gusto o a las características de sus hijos, pero os dejamos algunas ideas que pueden serviros ante diferentes situaciones:
- Si señala un objeto (o lo señalamos nosotros): "¿por qué crees que esto funciona?","¿para qué sirve?"
- Cuando afirma algo: "por qué crees que esto es verdad?", "¿puedes demostrar que esto es así?","¿cómo?"
- Cuando explica algo: "¿qué hubiera pasado si hubieras actuado de otra forma"?
Y sobre todo, no olvidemos en este punto que no se trata de cuestionarle las cosas, sino de fomentar el diálogo y abrir un espacio de debate y comunicación. Enfocándolo siempre como un juego o un aprendizaje.
Estimular el pensamiento crítico
Cuando reflexionamos, le damos vueltas a algo para llegar a entender eso de forma más profunda; analizamos la realidad, vamos un paso atrás, buscamos las causas de las cosas, su significado...
Es el paso previo del pensamiento crítico, aquella capacidad para analizar y evaluar, precisamente, estos razonamientos. Por ello, para desarrollar la reflexión, es importante también estimular el pensamiento crítico, su "hermano gemelo".
¿Cómo podemos hacerlo? Animando a nuestro hijo a encontrar su propio punto de vista de las cosas, a través de conocer, investigar, escuchar a los demás...
Fomentar su confianza
Para que los niños puedan reflexionar sobre su realidad, o sobre las cosas que les ocurren, también es importante que se sientan capaces, válidos, importantes. Es decir, que tengan una buena autoconfianza para hacerlo.
Para conseguirlo, podemos optar por reforzar su autoconcepto, la visión que tienen de ellos mismos y su autoestima. Que reconozcamos sus logros, todo aquello que se les da bien o aquello por lo que se esfuerzan. Y que les animemos a seguir intentándolo si no sale bien a la primera.
Ofrecer espacios de reflexión o debate
Podemos también ofrecerles pequeños espacios de debate, que estimulen esa reflexión. Esto se puede enfocar como un juego en familia; por ejemplo, "hoy vamos a hablar de los deportes más divertidos". "¿Cuál es el tuyo? ¿Por qué? ¿Qué deportes no harías nunca?".
O podemos hablar de los juegos más divertidos. Podemos usar cualquier tema de interés del niño, adaptado a su edad.
Promover la creatividad
La creatividad, aunque no lo pueda parecer a priori, es otra habilidad que va muy unida a la reflexión. Los niños que son creativos expanden su mente, sus ideas, sus puntos de vista. Y desde esa apertura es más fácil reflexionar.
¡Y viceversa! La reflexión también puede estimular la creatividad, porque también es una capacidad que permite crear nuevas perspectivas, que permite "ir más allá". Por eso son tan conceptos tan relacionados, y si alimentamos uno, alimentamos también el otro.
¿Cómo estimular la creatividad? Algunas ideas que pueden serviros:
- Aportar estímulos y nuevos retos cada día.
- Fomentar la curiosidad para aprender (por ejemplo, a través de las preguntas ya mencionadas).
- Preguntarle a veces, cuando hace las cosas, "¿y esto por qué?" (no como un cuestionamiento, sino como una forma de crear un espacio de comunicación).
- Usando recursos y actividades divertidas, como: manualidades, juegos para crear historias, etc.
Respetar la autenticidad
Es importante también respetar la autenticidad de los niños: tienen todo el derecho del mundo a ser ellos mismos. Y este conocimiento, les ayudará también a desarrollar un pensamiento crítico de las cosas, y a entender que tienen derecho a opinar diferente.
Por ello es tan importante el refuerzo de la autoestima ya mencionado, para que se sientan libres y capaces de pensar diferente; y un medio para lograrlo es la reflexión.
“El ser auténtico es el alma hecha visible”.
-Sarah Ban Breathnach-
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