¿Dejamos a los niños ser niños?

¿Dejamos a los niños ser niños?
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HOY SE HABLA DE

Hace un tiempo Mamá de Lola ilustró esta escena de una niña vestida “de domingo” en el parque pidiendo permiso a su madre para jugar (y mancharse) con los otros niños que recibe como respuesta un “sólo si no te manchas”.

Osho, en un magnífico libro titulado El libro del niño (que estoy leyendo estos días), explica una situación parecida:

“La madre estaba preparando a Pedrito para ir a una fiesta. Cuando acabó de peinarle y colocarle el cuello de la camisa le dijo: – ¡Ahora vete, hijo! Diviértete… ¡y pórtate bien!

– ¡Por favor, mamá! – dijo Pedro -. ¡Antes de que me vaya decídete por una de las dos!”

Estas dos situaciones me hacen preguntarme hasta qué punto dejamos a los niños ser niños.

“Dejar que los niños sean niños”. Esta frase puede parecer una redundancia, sin embargo es fácil explicarla si nos centramos en la definición informal de niño.

¿Qué es un niño?

La R.A.E. dice que un niño es aquel “que está en la niñez”, “que tiene pocos años” y “que tiene poca experiencia”.

Esta es una definición formal que podría hacer cualquier persona con sólo observar e intercambiar unas cuantas palabras con un niño, sin embargo, la definición informal podría ser muy diferente:

  • Un niño es una persona con pocos años, con poca experiencia en general pero con una energía y una vitalidad muy superiores a las personas adultas.
  • Un niño es una persona pequeñita, bastante más pequeña que las personas de más edad, aunque con un corazón enorme, capaces de sonreír cuando alguien les sonríe y de llorar cuando ven a alguien llorar. Con el tiempo, al contactar con la realidad de los adultos, va perdiendo la capacidad de ser empático.
  • Un niño es una persona con unas ganas de aprender que nunca acaban, con ganas de descubrir el mundo y el entorno que le rodea mediante su vista, su tacto, su olfato, su gusto y su oído. Con el tiempo, por diferentes razones, muchos pierden las ganas de aprender.

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  • Un niño es una persona a la que no le importa mancharse, caerse, levantarse, correr cuando todos están parados y pararse cuando todos corren, porque no le importa lo que los demás piensen de él. Con el tiempo, la necesidad de ser aceptado por el resto hace que deje de ser él mismo y que se comporte como los demás esperan de él.
  • Un niño es una persona capaz de decir la verdad sin inmutarse (“no me gusta estar contigo”) y de extrañarse cuando se le pide que mienta (“Pedrito, da las gracias y di que te ha gustado mucho”). Con el tiempo, aprende a no decir la verdad, a riesgo de no hacerlo cuando debiera (“mejor me callo y no me meto en líos”) y aprende a mentir, demasiado a menudo (“me alegro mucho de verte”, “te llamo y quedamos”, “muchas gracias, me ha gustado mucho”, “no, si a mí no me molesta”, etc.)
  • Un niño es, en definitiva, una persona que necesita hacer todo lo que le define informalmente (correr, mancharse, embadurnarse de arena, llevársela a la boca, subir a los columpios por sitios que no están destinados a ello, decir lo que piensa y siente con inocencia y honestidad, etc.) porque es su manera de aprender.

Perdiendo las infancias

Por todo lo que he comentado, siento pena cuando veo situaciones como la de la ilustración y cuando veo niños callados, sumisos, educados en la obediencia (casi ciega) y con poco poder y pocas ganas de actuar por sí mismos.

Así van pasando los años y se van perdiendo infancias, haciendo lo que los demás les dicen que deben hacer para ser limpios, educados y buenos y para actuar como mini-personas adultas.

Los niños tienen que ser niños y actuar como tal. Si no les dejamos disfrutar de la inocencia, de la libertad, de los juegos, de la tierra, del entorno y de la vida que les rodea cuando son pequeños, ¿cuándo demonios se comportarán como niños?

Cada día estoy más convencido de que las personas que de pequeñas no disfrutaron de su infancia llegan a la edad adulta con una extraña sensación de vacío. Algo así como un “me falta algo” que a menudo se solventa viviendo la niñez cuando no toca (y evidenciando una especial falta de responsabilidad y un querer quemar cartuchos un tanto preocupante).

¿Los niños tienen que hacer lo que quieran?

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Muchos lectores se estarán llevando las manos a la cabeza pensando que esta entrada reitera el mensaje que dice que los niños tienen que poder hacer todo lo que quieran.

En parte es cierto, pero con matices, claro. Un niño tiene que poder escoger su camino en la vida, que para eso es suya, y nosotros los padres debemos estar a su lado para aconsejar y para reconducir aquellas actuaciones y situaciones que puedan ser peligrosas o nocivas para ellos o para el resto.

Los niños tienen que jugar, tienen que mancharse, tienen que conocer su entorno desde su propio Yo y no desde el nuestro y tienen que errar para aprender.

Nuestro papel, como dijera en su momento Khalil Gibran en el libro “El Profeta”, es hacer de acompañantes en el viaje:

Podréis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos, porque tienen sus propios pensamientos.

Podréis albergar sus cuerpos, pero no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que no podéis visitar, ni siquiera en sueños.

Podréis, con mucho, pareceros a ellos, mas no tratéis de hacerlos semejantes a vosotros, porque la vida no retrocede, ni se estanca en el ayer.

La ropa limpia y bonita es un deseo nuestro

De la ilustración de Mamá de Lola se puede extraer otra conclusión: nos encanta que nuestros hijos vayan bien guapos, con ropa bonita, y algunas madres traspasan ese deseo, que es propio, a sus hijos.

Cuántas veces hemos oído a nuestra madre: “Ten cuidado, no te manches, que este pantalón me ha costado muy caro” y frases similares que provocan en los niños sentimiento de culpabilidad si se ensucian o si se caen, cuando en realidad tendrían que responder “pues mamá, haberme comprado unos pantalones de chándal en las rebajas, que a mí me da igual”.

Imagen | Los Dibujos de Mamá de Lola
Fotos | Flickr (alex ford), Flickr (I am Kat)
En Bebés y más | Tus hijos no son tuyos, Eduardo Punset, la crianza y el bienestar de la sociedad, La felicidad y el amor como base de la educación, Los niños de la ciudad necesitan su espacio para jugar

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Bienvenidos sean el desorden, la suciedad, etc cuando se deben a una "buena causa" pues los niños han de ser niños y jugar sin preocupaciones. Es más: más juegos que manchan y menos "nintendos"; ahora bien, no al desaliño y a la dejadez, pues también es bueno inculcar a nuestros hijos desde la más tierna infancia buenos hábitos de limpieza e higiene.

    • interesante

      Estoy de acuerdo con manureva. En el mundo de los niños hay espacio para todo y si bien no hay problema en que se manchen jugando también hay que hacerles saber que a veces no es conveniente mancharse porque se va a ir a un lugar distinto o porque va a venir la abuela, por ejemplo. Que sepan que hay veces en el que no pueden hacer lo que les de la gana porque sí, porque son niños y punto.

      Dices que se les puede fomentar en la mentira con cosas como: “Pedrito, da las gracias y di que te ha gustado mucho”. No dudo que ese ejemplo pueda conllevar a ello, pero si es conveniente que el niño aprenda a decir gracias o por favor cuando sea aplicable. Van a vivir en sociedad y es bueno que desde pequeño sepan lo mínimo para que más adelante no les cueste decirlo. Si un niño se levanta por la mañana y no dice buenos días a sus padres ¿eso es dejarle que escoja su camino?, lo dudo. Más bien me parece que es abrirle el camino a la indiferencia y la mala educación. Por eso "obligarlo" a mantener un mínimo de modales no creo que les cause un trauma ni coarte ese camino que quieren recorrer.

    • "Estoy de acuerdo con manureva. En el mundo de los niños hay espacio para todo y si bien no hay problema en que se manchen jugando también hay que hacerles saber que a veces no es conveniente mancharse porque se va a ir a un lugar distinto o porque va a venir la abuela, por ejemplo. Que sepan que hay veces en el que no pueden hacer lo que les de la gana porque sí, porque son niños y punto."

      Lógico, si un día no nos podemos manchar, pues se le dice que trate de no mancharse.

      "pero si es conveniente que el niño aprenda a decir gracias o por favor cuando sea aplicable."

      De acuerdo también, se puede dar las gracias, aunque no veo necesario decir que te gusta algo si realmente no te gusta. Se agradece pues el gesto.

      "Van a vivir en sociedad y es bueno que desde pequeño sepan lo mínimo para que más adelante no les cueste decirlo. Si un niño se levanta por la mañana y no dice buenos días a sus padres ¿eso es dejarle que escoja su camino?, lo dudo."

      Cuando hablo de libertad y de escoger el camino no me refiero a ser maleducado. Si actuamos educadamente con nuestro entorno como padres, los niños aprenden a ser educados. Respetar a los demás es lo más importante dentro de la educación que debemos dar a nuestros hijos. Ser un niño no significa no respetar a los demás.

      "Por eso "obligarlo" a mantener un mínimo de modales no creo que les cause un trauma ni coarte ese camino que quieren recorrer."

      Claro que no traumatiza, pero es que como digo, no hace falta obligar a nada. Siendo educado y respetuoso los niños aprenden a ser educados y respetuosos... De la frase "Pedrito, da las gracias y di que te ha gustado mucho” lo criticable no es las "gracias" sino el "di que te ha gustado mucho".

      Un saludo.

    • Me ha encantado el post. Por supuesto los niños no tienen que hacer lo que quieran sino quere lo que hacen. Yo me sorprendo cuando recojo a mi hijo del colegio y no está manchado, desearía que estuviera lleno de barro, de pintura, sería la muestra más grande que me haría ver que había disfrutado de las actividades sin preocuparse de si se mancha, etc... La infancia es un momento fugaz, si no somos niños en esos momentos lo perdemos para siempre.

    • Buenos días,

      Cuánta razón tienes. Siempre he odiado que vistan a los niños de domingo para luego no dejarles jugar. Mi lema es , la lavadora lo limpia todo!!!!

      Mi hijo aún gatea y anda agarradito y no veas como sube las escaleras en el parque para lanzarse de la chirristra, eso sí tengo que estar muy pegadita para que no se haga daño y así llegamos siempre con los pantalones super sucios! Y como disfruto!!!!

      Un saludo

    • Fabuloso! Enhorabuena, Armando, una vez más... :) Además, no solo son un orgullo las manchas que se adjudica mi hija, tambien lo son las que me otorga a mi, fruto del contacto y del compartir espacio y tiempo (el otro día, en el centro de salud, todos me miraban con caras raras, hasta que me di cuenta que aún llevaba pegada en la cara la pegatina verde de "campeona" que me había puesto mi hija! :D Y el que esté pensando que es patético hacer as el ridículo, peor para él...)

    • Armando, me estás empezando a enamorar!!!!! Me encantan tus artículos. En la mayoría de ellos estoy de acuerdo 100%. Es cierto, dejemosles ser niños que se manchen, que investiguen, que aprendan. ¿Y que mas da se van de mierda hasta las orejas? Luego un buen chapuzón y punto.

      En el armario de mi peque tengo algún que otro vestidillo para esas ocasiones expeciales pero tengo que reconocer que se lo he puesto dos veces contadas porque casi siempre va con chandal jajajaja

      Por cierto, enhorabuena por tus artículos.

      http://disfrutandojuntos.blogspot.com/

    • Hola soy maestra de educacion preescolar y casualmente hoy estaba hablando con mi asistente sobre este tema, ella me decia que sus hijos hoy ya mayores, nunca jugaron con tierra y menos con fango, lo mismo que esta escrito en este docuemento, le dije, aun sin saber que este documento existia, soy fanatica de que los ninos disfruten su ninez, jueguen, se pinten, se embarren, en mi salon mis ninos disfrutan el placer de estar alli, su hora de salida es a las 2:00 P.M. y muchos de ellos, le dicen a sus padres "porque me vinistes a buscar, yo quiero quedarme con Maestra Windy (esa soy yo), tengo otros que se requedan y sus madres se desesperan, desde el 1995 soy educadora en Prescolar y tengo adicional al bachillerato, una maestria en educacion temprana y aun esos ninos que ya hoy son jovenes, van a mi salon y recuerdan cada detalle de alli vivido. Para mi es un placer ser maestra de ninos de edad temprana, lo disfruto y vivo tanto como ellos. Los ninos son seres que desean exploran, aprender de forma activo, como dice un refran si le das un pescado, lo alimentaras por un dia, si lo ensenas a pescar lo hara para toda la vida. Invito a todos esos padres y educadores que todavia estan en la educacion tradicional, a cambiar, nuestros ninos son del nuevo milenio, y como tal exigen otro forma de aprender. Felicidades por tan exquisito documento.

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