El origen de la violencia está en la privación del placer y del apego

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Enlazando con la entrevista que hemos publicado hoy a la antropóloga María José Garrido que nos hablaba de la crianza del desapego de nuestra sociedad, os invito a ver ahora este corto documental que sustenta la afirmación de que el origen de la violencia está en la privación del placer y el apego.

En este documental titulado "El origen de la violencia" podemos escuchar al psicólogo del desarrollo James W. Prescott explicándo que las culturas que ofrecen a los niños contacto físico y apego son culturas en las que los adultos son mucho menos violentos.

En realidad, Prescott afirma que las culturas provocan comportamientos agresivos y violentos en sus individuos por medio de dos mecanismos fundamentales: la privación de apego y contacto en la infancia y la represión sexual en la vida adulta. Es decir, la violencia nace de la prohibición de los deseos y del placer del contacto.

Prescott, especializado en la búsqueda de explicaciones sobre los comportamientos violentos, señaló, además, que los bebés necesitan ser abrazados, acunados y mecidos, y que la falta de ese estímulo provoca incluso problemas en el desarrollo cerebral, incapacidad para mantener relaciones sociales normales y reacciones agresivas.

El documental es, en mi opinión, interesantísimo, tanto en sus propuestas como en sus conclusiones. Yo estoy convencida de que, aunque el ser humano tenga reacciones de defensa, el origen de la violencia en las sociedades está precisamente basada en la privación del afecto físico y la culpabilización del placer en la infancia y también en la vida adulta. ¿Qué os parece?

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    • Que no puede ser más cierto.

      Un bebé que ha sido alimentado con amor, sostenido en brazos, acunado, consolado en su llanto con abrazos, besos, caricias y palabras, tanto de día como de noche... que tiene acceso al contacto con el cuerpo de sus padres... que no ha sido tratado como un mueble, a quien no se le grita, no se le pega... a quien se le dedica tiempo

      Yo lo he visto. Esos niños no son violentos. Ni de niños, ni más adelante.

      Yo estoy cansada de la leyenda urbana del 'hijo terrorífico de padres buenísimos'. ¿Quién dice que son buenísimos? ¿Respecto a qué? ¿Le han preguntado al hijo/a, a ver cómo ha sido de verdad su infancia? ¿Si ha sido querido VERDADERAMENTE? que eso de querer es muy fácil de decir, todo el mundo dice que 'quiere' a sus hijos. Pero eso, sencillamente, no es cierto. Hay muchos, muchísimos padres y madres que no quieren a sus hijos. CREEN que los quieren, pero no lo hacen. Muy probablemente porque ellos tampoco fueron queridos, y ni siquiera saben lo que es querer de verdad.

      Lo dejo aquí, que me voy por las ramas.

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