La merienda resulta fundamental en la alimentación de tu hijo y más cuando es pequeño. Un niño debe realizar cinco tomas de comida al día, el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena. Repartiendo la comida, garantizas la asimilación de los nutrientes y el adecuado desarrollo del organismo de tu hijo a nivel físico y psíquico.
Es curioso que hasta los niños que comen mal, a la hora de la merienda suelen tener hambre, por tanto, hay que aprovechar estos momentos en los que tiene hambre ofreciéndole una buena alimentación. Pero hay niños que nunca tienen hambre y no hay manera de que coman, es cuando debes poner más empeño para darle la merienda.
Procura que sea variada y buscar combinaciones que ayuden a su organismo. De vez en cuando, añadir algunos lácteos como el yogur o el queso, también hidratos de carbono como el pan o los cereales y acompañando con algún zumo natural. Una combinación completa sería, preparar un bol con un poco de fruta fresca troceada, añadir un yogur y cereales. El chocolate es la pasión de muchos niños, un trozo de pan con chocolate resulta excelente una excelente merienda, pero sin abusar, siempre será mejor la variedad para conseguir que su organismo tenga todas las armas para poder desarrollarse adecuadamente.
Y como se nos iba a olvidar, hay que tener cuidado con la bollería, no hay que abusar de ella en absoluto, ya que facilita la obesidad y no tiene los nutrientes necesarios para el adecuado desarrollo del niño. Hay madres que abusan de esta opción y realmente no es nada saludable para el niño. Es gratificante ver como el niño crece adecuadamente gracias a nuestro amor y tesón.
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