Recuerdo en mis años universitarios decir a una profesora que los bebés a quienes se les priva del amor materno crecen menos.
Y es que el amor de una madre tiene efectos en el bebé en todos los aspectos del desarrollo.
Una investigación realizada por la Universidad de McGill en Montreal, Canadá, afirma que el amor y los cuidados maternos alteran el código genético de los recién nacidos, provocando que sean menos miedosos y sufran menos ansiedad en épocas posteriores de su vida.
Los hallazgos encontrados sugieren que la huella genética impresa en nuestros cuerpos antes de nacer puede modificarse, permitiéndonos adaptarnos más rápidamente a un mundo cambiante.
Los experimentos realizados con ratas recién nacidas criadas por madres que dedicaban diversas cantidades de tiempo a lamerlas y asearlas, demostraron que los cuidados más intensos tenían un efecto calmante en las recién nacidas, gracias a que alteraban en ellas la expresión de un gen que dirige la respuesta del cerebro ante el estrés.
Vía | Tendencias Sociales Abstrac | The Journal of Neuroscience