Pasa de ser una recomendación a una necesidad, según indicaron los especialistas en el simposio “Prevención de yodo en el embarazo”.
De hecho, en las consultas se prescribe a las embarazadas un suplemento vitamínico y uno extra de yodo para satisfacer la dosis diaria necesaria para un buen desarrollo del bebé (a mí me lo han recetado explicándome que el agua no contiene los niveles de yodo necesarios y por eso necesitaba un refuerzo).
Los alimentos, por muy buena alimentación que llevemos, no nos aportan la dosis que yodo que el bebé requiere para su desarrollo cerebral, un crecimiento adecuado y una correcta regulación del metabolismo.
Los médicos explicaron que para cubrir las necesidades de yodo una embarazada debería consumir cinco gramos diarios de sal yodada, 300 gramos diarios de marisco, 500 gramos diarios de pescado, tres litros diarios de leche de vaca, seis kilos diarios de lechuga o seis litros diarios de vino (¿vino?), raciones que nadie consume diariamente.
Por eso, la necesidad de un suplemento es fundamental, pues de otro modo podrían surgir enfermedades tiroideas durante el embarazo que pueden llegar a causar lesiones cerebrales en el bebé.
Tan importante es que en zonas donde hay déficit de yodo, se detectó en un alto porcentaje de niños (35%) un coeficiente intelectual menor a 100.
Por eso, si estás planeando tener un bebé recuerda que es muy importante una consulta previa donde el médico te indicará tomar una dosis diaria de ácido fólico y un suplemento de yodo.
Vía | AZprensa Más información | Ministerio de Sanidad | aepap.org En Bebés y más | El yodo en el embarazo En Bebés y más | Complejos vitamínicos antes del embarazo reducen los riesgos de sufrir un parto pretérmino