Siempre sostengo que la base de una acertada elección es la información. Una mujer no elegirá otro tipo de parto del que conoce si ignora que existen más opciones, al igual que en un restaurante no se nos ocurriría pedir un plato que no está en el menú.
Creo que eso es en gran medida lo que sucede en cuanto a la atención al parto. Todas asumimos que la forma de parir, la única que conocemos, es en un hospital, con rasurado, enema, epidural, tumbada desde el primer momento, con rotura artificial de la bolsa amniótica, en muchos casos se producirá por induccción y en otros habrá muchas papeletas de acabar en cesárea. Es es lo que se acostumbra por rutina, lo que Michael Odent denomina "la industrialización de los partos".
Según una encuesta realizada a 250 embarazadas por el servicio de Obstetricia del Hospital Clínico San Carlos de Madrid el 80 por ciento de las encuestadas prefiere tener un parto medicalizado, con anestesia epidural, antes que uno natural.
Y es que volviendo a lo mismo de antes, por falta de información, el parto natural se ve como una excentricidad de unas pocas idealistas y no como una forma más fisiológica de traer al mundo a un bebé. Parto natural no quiere decir necesariamente un parto domiciliario ni renunciar a la epidural, una de las mayores preocupaciones de las embarazadas, pero la mayoría no lo sabe.
Al conocer más información sobre la encuesta me explico el por qué de tan alto porcentaje a favor del parto medicalizado. Casi la mitad de las embarazadas del país no participa en ningún curso de preparación al parto y una de cada cuatro (24%) no se siente bien informada por su ginecólogo. En conclusión, no reciben información sobre el parto, simplemente se dejan llevar.
Desconocen que pueden elegir la posición de parto, que hay formas de evitar la episiotomía, que se puede (y es preferible) caminar durante el trabajo de parto, que existen bañeras para facilitar la dilatación y otras cuestiones sobre las que tienen la capacidad de elegir cómo quieren dar a luz, o como suele decirse, pueden convertirse en las protagonistas de su parto.
No pretendo defenestrar el parto medicalizado, de hecho yo misma elegiría (en el caso de parir otra vez) el llamado parto científico humanizado, una opción más natural, el que ocurre en un hospital con todas las garantías médicas pero con la seguridad de que mis deseos sean respetados.
Afortunadamente, cada vez son más los hospitales que se suman al parto natural gracias al nuevo plan de Sanidad de atención al parto normal. Pero en cualquier caso, la embarazada aceptará "lo que haya” si no está informada que existen otras alternativas. Con una campaña eficaz, que vuelvan a realizar la encuesta en un par de años. Seguro que los resultados serán diferentes.
Por eso, es básico que se comience por brindar una completa información a la embarazada y a la población en general acerca del proceso y la esencia del parto. En ello estamos en Bebés y más.
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