Las lentejas son uno de los primeros alimentos que fueron cultivados. Hay datos que señalan que ya se introdujeron en la agricultura hace 7.000 años como mínimo. En Mesopotamia y Egipto se cultivaban y en la Roma clásica eran un alimento bastante habitual especialmente para el ejército en campaña. Las encontramos en la Biblia, en la historia de la venta de la primogenitura de Esaú a Jacob.
Hay muchas variedades de lentejas, siendo las más comunes en nuestra cultura las pardinas, las castellanas y las verdinas, aunque también podemos encontrar otras variedades ahora en los comercios, especialmente las que vienen ya sin piel, que son las ideales antes del año, por no tener tanta fibra.
Son muy ricas en minerales como el hierro y el calcio por lo que son especialmente interesantes para la dieta infantil. Además son recomendadas para todos como preventivo de enfermedades cardiovasculares y por favorecer la movilidad intestinal, razones por las que la Fundación Española del Corazón y la Fundación Española de Nutrición destacan su valor.
Además, las lentejas, combinadas con cereales, mejoran su ya estupenda carga proteíca, y se convierten en un substituto de la carne que nos aporta además el que no tienen grasas saturadas en su composición. Si preparamos una comida con lentejas y arroz no es necesario incluir carne ni otro segundo plato, sino más bien frutas o verduras.
Desde un punto de vista nutricional hay que destacar que tienen altas dosis de vitaminas (B1 y B2) y minerales como el cobre, magnesio, fósforo, selenio, zinc y hierro. Tienen, por cada 100 gramos, 50 de hidratos, 25 de proteínas, un gramo y medio de grasa del que hay cero de colesterol y 10 gramos de fibra.
En puré mezcladas con cereales y verduras, enteras a partir de año aproximadamente, o como base para croquetas y rellenos pueden ser uno de los alimentos más importantes para darles a los niños una alimentación sana y equilibrada desde pequeños, sin excesos de grasas y con una composición adecuada de nutrientes, siendo especialmente interesante el contenido en hierro, del que podemos aumentar su biodisponibilidad si lo combinamos con alimentos ricos en vitamina C. Al menos una ver a la semana, lentejas en el plato.
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