Hace unos días empezamos a explicar algunas de las características que pueden tener los bebés considerados de alta demanda. Tras decir que son bebés intensos, hiperactivos, absorbentes y que se alimentan a menudo hoy seguiremos con algunas características más.
Exigentes
Cuando piden algo lo solicitan para ya. Sus peticiones son sumamente urgentes y saben cómo hacer saber que no aceptan alternativa. Las madres de estos bebés suelen decir que tienen la sensación de “no llegar a tiempo”.
Ante tal situación de urgencia, viendo que no deja pasar una y que las madres se sienten desbordadas es necesario saber por qué tanta prisa y por qué tanta insistencia. Si un bebé tiene necesidades pero no sabe muy bien cómo solicitarlas, es decir, si no llora lo suficiente o si no demuestra que lo necesita imperiosamente, puede llegar a no ver satisfechas dichas necesidades. Si esto sucediera el bebé entraría en una situación de déficit, porque no ha conseguido lo que necesita (y cuando uno crece con carencias puede tener un desarrollo errático).
Si un bebé crece sintiendo que sus padres están ahí para satisfacer sus demandas, ayudándole, poco a poco, a solicitar las cosas de una manera más racional y menos instintiva (el crecimiento mismo del niño ayuda a ello), el niño crece confiando en que sus padres estarán a su lado en el camino, seguro de sí mismo.
No se trata de darle todo lo que pida, sino de darle aquello que necesite y que podamos darle. Cuando no pueda ser así o consideremos que no debe ser así (hablo ahora de niños, que no de bebés), debemos hacérselo saber razonando el por qué.
En cualquier caso, volviendo al tema de los bebés. La exigencia es uno de los rasgos que más puede llegar a exasperar a unos padres, pero es también un elemento de la personalidad de las personas que ayuda, y mucho, a tener éxito y sobresalir.
Como padres no debemos apagar la capacidad de estos niños de conocer sus necesidades y saber expresarlas, ya que son un arma muy poderosa en el futuro: las personas que tienen la capacidad de cambiar el mundo son las que no se conforman con lo establecido, las que necesitan hacer cosas, vivir cambios, las que saben el camino a tomar, las que se sienten seguras con las opciones escogidas.
Se despiertan a menudo
“Con todo lo que necesita, ¿no podría necesitar horas de sueño?”, podrían decir cualquier madre y padre de estos niños. Se despiertan a menudo, tienen un sueño ligero que se mantiene, sólo un poco, si estamos con ellos, a su lado o si, por el día, los mantenemos en brazos para dormir.
En caso contrario, si tratamos de pasarlos a la cuna, dormirán poco (si es que se dejan poner en la cuna, ya que muchas veces gemirán iniciando el llanto si no remediamos la situación).
Esta es una de las características que más agotan a los padres, ya que por la noche, cuando necesitamos reponer las energías que hemos agotado por el día, los despertares son sucesivos y, aunque ellos descansan pese a dormir poco, nosotros los padres tenemos serios problemas para dar la bienvenida al nuevo día con la actitud y energía que merece.
Evidentemente no hay mucho que hacer, más allá de ayudar a establecer un ambiente adecuado para favorecer el sueño y de armarse de paciencia ya que, como todo, es una etapa. Pasado un tiempo dormirá cada vez más tiempo y los papás podrán empezar a descansar también.
Insatisfechos
Son bebés que nunca parecen satisfechos, por más que los padres hagan por ellos. Los padres intentan conocerles, tratan de adivinar qué necesitan y qué les reconforta y en muchos momentos se darán cuenta de que no hay nada que funcione.
Las madres tienden a pensar que han hecho algo muy mal, para que su hijo se queje tanto y tan a menudo. No, mamá, no sientas que has fracasado, estos niños son así, forma parte de su personalidad el no tener suficiente.
Esto no quiere decir que haya que tirar la toalla, sino todo lo contrario. Cuando vamos probando estrategias y finalmente hallamos una que funciona, ese día eres capaz de llenar a tu bebé de besos y de felicitarte a ti misma por todo lo alto.
Impredecibles
Tras hallar una solución o un método que parece funcionar, las cartas cambian de mano y empieza a necesitar otra cosa.
Esto es muy frustrante, como ya he comentado más arriba, porque hay que estar todo el día jugando a detectives, a ver qué es lo que puede apaciguar el llanto en ese momento.
Técnicas como llevarlo en brazos, pasearlo en coche, cantar canciones, poner música, llevarlo bocaabajo en nuestro brazo, ponerlo tumbado de lado, bocaarriba, con juguetes, sin ellos, usar chupete, comprar una hamaca, meterlo en la cama con los padres, acariciarle la cabecita, la cara, bañarlo antes de dormir, dejarlo llorar, no dejarlo llorar, darle masajes, quitarle ropa, abrigarlo más, etc. son algunas de las estrategias que cualquier madre puede llegar a ytilizar. Un día funcionarán, o incluso durante un tiempo, pero luego habrá que buscar alternativas, porque estas soluciones se suelen ir tan fácilmente como llegaron.
También son capaces de mostrar lo extremistas que pueden llegar a ser cuando cambian de humor. El día que están contentos, es un placer estar a su lado y cualquier persona se derretiría con ellos.
Sin embargo, el día que están enfadados, lo demuestran de tal forma que la gente de alrededor se incomoda.
Esta imprevisibilidad hace que los días sean también impredecibles. Los padres se despiertan por la mañana dudando de si el día que comienza será más o menos calmado y estable o si, por el contrario, será ajetreado y movido: “A ver cómo se despierta hoy”, suelen pensar los padres.
Dentro de unos días seguimos explicando las características de los bebés de alta demanda.
Más información | AskDrSears (inglés)
Fotos | Flickr – peterrieke, NataPics, freeflight046
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