Cada niño es un individuo diferente y único con necesidades e intereses propios.Si bien es cierto que existen características comunes correspondientes a una edad u otra, cada uno tiene su propio ritmo de desarrollo.
Algunos niños pueden conseguir conductas, desarrollar habilidades y destrezas antes, otros pueden hacerlo más tarde.
Siempre se tiende a hacer comparaciones odiosas de las cosas que no han logrado los pequeños en relación a otros. Las comparaciones no son buenas, especialmente si está presente el niño y ya es grandecito, porque estas comparaciones de “él si y tú no” pueden lesionar su autoestima.
Como había comentado nuestra compañera Dolores es desaconsejable apresurar a los niños a conseguir conductas para la cuales no está preparado. Forzarlos a hacer cosas, verse que no pueden conseguirlo y encima reprocharlos es un error grave que frecuentemente comenten los padres sin saber que tiene un efecto negativo en su desarrollo psicológico, sin querer se le está enviando el mensaje de “ser incapaces”. Veamos un ejemplo, un niño que aún no hace sus primeros trazos de letras, se ve forzado a escribir, el niño como aún su coordinación psicomotriz fina es inmadura, hará trazos rudimentarios sin llegar a hacer una grafía perfecta, encima le decimos que no sabe, que así no es etc. Este niño está haciendo lo mejor que el puede dentro de sus posibilidades, él piensa que está bien, se sentirá “torpe” e incapaz.
Esto no significa que no estimulemos al niño, debemos presentarle un ambiente que lo incite a realizar ensayos de conductas que aún están por establecerse, elogiando los logros conseguidos y respetando siempre su ritmo de desarrollo.
En bebés y más | No apresures a tu hijo, cada niño tiene su propio ritmo