Demostrado: con el conductismo puedes manipular a tu hijo

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Hemos hablado muchas veces de que, el conductismo en crianza, utilizado para manipular el comportamiento de niños sanos y normales, es peligroso y tiene consecuencias dificilmente previsibles. Pero una cosa está clara, está demostrado que con el conductismo se puede manipular a un niño. Ya lo demostró el psicólogo John Watson en 1920 con sus experimentos, de dudosa ética, con el pequeño Alber, como mostramos en el vídeo con el que ilustramos este artículo.

Al pequeño Alber, que no temía a las ratas blancas, se le condicionó para que llorara cuando las viera y las temiera, tanto a ellas como a cualquier otro objeto, animado o inanimado, que fuera peludo y blanco incluso. La forma de hacer esta programación fue hacer sonar un ruido muy fuerte cada vez que aparecía el animalito hasta que el niño reaccionaba a su vista llorando sin que hiciera falta oir ningún sonido desagradable.

Desagradable, inmoral y peligoso me parece a mi que era el concepto de experimentación que tenía Watson y sigue pareciéndome muy poco ético manipular de ese modo a niños sanos porque no quieren dormir solos en sus cunas o no se adaptan a las necesidades de los adultos.

Lo que hizo Watson, el creador de la Escuela Psicológica Conductista, revela lo dañino que puede ser usar el condicionamiento para manipular a una persona sana con reacciones normales y lo poco que se conoce de las consecuencias que estas acciones pueden tener a la larga.

De hecho, luego estos procedimientos de manipulación han tenido grandes seguidores entre los personajes más peligrosos de la Historia del siglo XX, que han encontrado una forma de modificiar el comportamiento humano en su beneficio y para hacer daño.

Por supuesto, en determinadas circunstancias, con el consentimiento expreso del paciente y para tratar problemas psicológicos puede ser útil recurrir a técnicas conductistas, pero no hay justificación en usarlo para modificar conductas no peligrosas ni insanas y mucho menos en niños como le hicieron al pequeño Albert. Ya he explicad que no me gustan los métodos conductistas de crianza y manipulación de los niños, como los que usa, por ejemplo, Supernanny ni los del doctor Estivill.

Una vez visto este documento sobre el experimento de Watson con el pequeño Alber parece que si, aunque el conductismo en crianza no es verdadera Ciencia, en cierto sentido está demostrado en que determinados casos el conductismo sirve para manipular a los niños. Otra cosa es si es ético o inocuo.

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