En una encuesta escolar se les preguntó a los alumnos qué consideraban que podrían hacer mejor sus profesores, a lo que Ava Morrison-Bell, una niña de 11 años de Glasgow, dió una respuesta que seguramente sus profesores no esperaban.
El padre de la niña, el escritor Gavin Bell, también conocido como Mason Cross, publicó la foto de la respuesta en su cuenta de Twitter en la que Ava señala que los castigos colectivos que comente la escuela al castigar a toda la clase son considerados 'crímenes de guerra' por la Convención de Ginebra.
Rápidamente se volvió viral por lo ingeniosa y contundente que ha sido. "Mi hija dió esta respuesta en su escuela. No estoy seguro de si debo reprenderla o comprarle un helado", escribió Bell.
My daughter actually submitted this feedback at school. Not sure if I should ground her or buy her ice cream... pic.twitter.com/4v8Gjb9riv
— Mason Cross (@MasonCrossBooks) 25 de mayo de 2017
La niña tiene toda la razón. Según los tratados internacionales firmados en la Convención de Ginebra en 1949 establecidos por la oficina del alto comisionado de Naciones Unidas de defensa de Derechos Humanos (Parte 2, Artículo 4, 2 b), la tortura, la esclavitud, los actos terroristas y los castigos colectivos (imponer un castigo a todo un grupo por un delito que ha cometido un miembro) son considerados como crímenes de guerra.
La reacciones de admiración a la respuesta de la pequeña fueron masivas (también hay quien cuestionó la veracidad de la respuesta), aunque el escritor explicó en otro tuit que quería dejar claro que su hija considera que su profesora es maravillosa y sólo quería criticar el sistema de justicia educativo. Más tarde, publicó esta foto en la que la niña aparece no con uno sino con dos helados como premio junto con el mensaje: "La gente ha hablado".
The people have spoken. pic.twitter.com/lW2n3sd7Nq
— Mason Cross (@MasonCrossBooks) 25 de mayo de 2017
Castigos a toda la clase, abuso de poder
La respuesta de la niña me ha hecho reflexionar sobre los castigos que todavía se siguen imponiendo en los colegios. Una práctica que lleva años realizándose sin que nadie sea tan contundente para denunciarlos como lo ha sido esta niña con su respuesta.
Los castigos colectivos son los que se imponen a toda la clase cuando es imposible identificar al responsable de un "delito". Desde dejarlos sin recreo o después de hora, hasta limpiar la clase entre todos. ¿Esto no es acaso abuso de poder? ¿Dónde queda la presunción de inocencia de los niños, un derecho fundamental de las personas?
Se castiga a la mayoría por un hecho que uno o unos pocos han cometido. Ante la imposibilidad de identificar al "culpable" se busca la solución fácil. Pero no es problema de los demás niños, sino del profesor o en última instancia del colegio definir una estrategia para estas situaciones, pues es injusto que "paguen justos por pecadores". Se cree que por solidaridad hacia sus compañeros, el responsable dará la cara o un compañero lo acusará, pero cuando no sucede ni lo uno ni lo otro, pagan todos.
La culpabilidad del niño que ha hecho algo incorrecto queda diluida en la culpabilidad colectiva, lo cual tampoco es educativo para el responsable que no corregirá su acción. Y por otro lado, puede promover la venganza hacia el culpable de los demás niños que han sido castigados injustamente.
En la era en la que vivimos, creo que si queremos educar a los niños en democracia y en libertad, esta es una práctica que deberían erradicarse de las aulas, al igual que el rincón o la silla de pensar (que espero que no siga en las aulas). Si queremos que los niños aprendan a ser responsables de sus actos, solidarios y que realmente modifiquen una conducta errónea, los castigos de hace décadas no son la solución. ¿Vosotros qué opináis?
Vía | Twitter
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