Ejercicio físico intenso durante el embarazo, ¿sí o no?
Siempre os hablamos de los beneficios del ejercicio físico durante el embarazo para la mayoría de mujeres, ya que solo para las que exista alguna contraindicación médica no podrán realizarlo en alguna etapa. Pero cuando hablamos de ejercicios y entrenamientos intensos, la cosa cambia. O al menos surgen dudas. El ejercicio físico intenso, ¿es recomendable durante el embarazo?
Acabo de ver varias noticias al respecto, acerca de un estudio con una mujer embarazada que ha realizado entrenamiento intenso durante la gestación. Los titulares coinciden en lo mismo: el ejercicio intenso es beneficioso para la madre y el feto. Pero atención, porque no siempre tiene que ser así. Veamos este tema un poco más a fondo.
Lo primero que hay que señalar es que, tratándose de un estudio con una sola persona,denominado "proyecto piloto", los resultados no son tan significativos y por supuesto hay que matizarlos. La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Granada, miembros de los grupos de investigación Evaluación Funcional y Fisiología del Ejercicio y Aspectos avanzados en atención clínica a la mujer.
Realizaron un seguimiento durante más de un año a la deportista María Luisa Baena quien, tanto antes del embarazado como durante toda la gestación, se sometió a entrenamiento deportivo de alta intensidad que incluyó atletismo, natación y musculación con pesas. La deportista se sometió a numerosas pruebas médicas que incluían pruebas de esfuerzo máximo, tomas de tensión arterial, y de saturación de oxihemoglobina...
Incluso, corrió una media maratón (21,097 kilómetros) y se sometió a pruebas de alta intensidad, una de ellas de 10 kilómetros, incluso durante el tercer trimestre del embarazo. El bebé nació a término, en la semana 40 de gestación, completamente sano, y hasta el último día María Luisa estuvo entrenando.
Ángel Gutiérrez Sainz, profesor del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y autor principal de este estudio, recuerda que el ser humano
es el único animal que reduce su actividad física durante el embarazo, por miedo a un parto prematuro o a problemas para el feto. Las leonas cazan hasta el último día. Tenemos que acabar con la creencia de que una mujer encinta está enferma.
Efectivamente, no estamos enfermas pero las condiciones de nuestro cuerpo cambian. Y, como decíamos al principio, salvo que un médico indique lo contrario, es beneficiosa la realización de ejercicio físico y perjudicial el sedentarismo. Pero claro, el caso de esta deportista es muy específico y no en todas las mujeres el ejercicio intenso será adecuado durante el embarazo, empezando por aquellas que no realizaban este tipo de ejercicio antes de quedar embarazadas.
Ejercicio físico intenso en el embarazo: con precaución
En el blog hemos visto el caso de "super-mamás" que han corrido maratones o levantado pesas hasta el final del embarazo. Personas muy acostumbradas a ello y que no tuvieron problemas. Quedarse embarazada no significa que tengamos que abandonar nuestro deporte favorito. Pero, atención, "no lo hagan en sus casas". Porque son casos muy específicos y hay que atender a nuestro propio cuerpo, a nuestras propias costumbres y a las recomendaciones médicas concretas en nuestro caso.
En "Medicina del ejercicio físico y del deporte para la atención a la salud" se señala que en las mujeres embarazadas que hacen ejercicio intenso en la primera parte del embarazo no se han encontrado efectos adversos para el feto y en el "Manual ACSM para la valoración y prescripción del ejercicio", del American College of Sports Medicine, se señala que
No existen datos sobre efectos negativos potenciales que muestren que las mujeres embarazadas deben reducir la intensidad del ejercicio y imitar los objetivos marcados respecto a la frecuencia cardiaca.
No obstante, esta obra a continuación incluye las recomendaciones del ACOG (American College of Obstetricians and Gynecologists) y en su primer punto se habla de la recomendación de seguir con el "ejercicio suave o moderado". El punto tercero señala que se debe animar a las mujeres a que modifiquen la intensidad del ejercicio aeróbico de acuerdo a sus síntomas, ya que en esta etapa disminuye el oxígeno disponible para la realización de estos ejercicios.
Como noticia opuesta a los titulares de los que os hablaba al principio, hace unos años os hablamos de un amplio estudio que relacionaba el ejercicio intenso al principio del embarazo con mayor riesgo de aborto.
En definitiva, yo creo que la clave está en la individualidad de cada mujer y en atender a sus síntomas. Si una persona no está acostumbrada a hacer ejercicio intenso, pues el embarazo no es precisamente el mejor momento para hacerlo. Una mujer que lleva años realizando determinados entrenamientos vigorosos, seguramente no tendrá problemas en seguirlos durante el embarazo, hasta que su cuerpo aguante o le dé señales de fatiga.
Por ello, siempre en el blog hablamos de ejercicio moderado, porque es lo que mejor encaja con la mayoría de mujeres, incluso en aquellas que no han hecho ejercicio antes y empiezan a hacerlo, gradualmente, en el embarazo. Y, por supuesto, consultar al médico la existencia de riesgos.
Entre nuestras lectoras, ¿hay alguna mamá o futura mamá deportista que haya realizado ejercicio intenso en el embarazo? ¿Cómo vivió ese ejercicio? Imagino que, como en el caso de la protagonista de este estudio, lo haría de la mejor manera y además con la seguridad que proporciona contar con un equipo médico detrás que controla toda la actividad. Pero recordad que lo normal es "ir por libre", así que somos dueñas de nuestras propias sensaciones a la hora de realizar ejercicio.
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