No es la primera vez que se asocian los antidepresivos tomados en el embarazo con el riesgo de autismo ni probablemente sea la última, pero la hipótesis parece ir cogiendo fuerza precisamente por eso, porque un nuevo estudio ha mostrado que si se toman antidepresivos durante el embarazo el riesgo de tener un hijo con trastorno del espectro autista puede llegar a duplicarse.
Pero... cada vez más gente toma antidepresivos
En los últimos 10 años se ha triplicado en España el consumo de antidepresivos, asociados a una mayor incidencia de trastornos relacionados con el estado de ánimo. La crisis, una sociedad que avanza sin piedad y el ver que muchos problemas no tienen una salida fácil hace que mucha gente acabe recurriendo a estos fármacos para intentar estar mejor consigo mismos o en sus vidas.
Sin embargo, eso no quita que sea una medicación con sus riesgos y efectos secundarios, y uno de ellos podría suceder durante el embarazo, en caso de que la mujer los consuma.
Cada vez hay más niños con autismo
Paralelamente, cada vez hay más casos de niños que padecen autismo. No se puede decir que esto sea consecuencia de lo primero, porque hay muchos otros factores de riesgo, pero sí es importante tratar de saber qué afecta y qué no afecta para que cada familia tome las decisiones oportunas al respecto, y los antidepresivos parecen ser un factor favorecedor del trastorno.
Así se desprende de un estudio en el que se analizaron datos de 145.000 niños en Québec, que fueron seguidos durante 10 años desde el momento de la concepción. En todo ese tiempo, los investigadores recabaron datos relacionados con el autismo, la depresión materna y el uso de antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre. Esta información se cruzó con las variables de confusión: edad materna, factores socioeconómicos y antecedentes de trastornos psiquiátricos, que también son factores de riesgo de autismo.
Al analizar los datos vieron que el riesgo era un 87% mayor que en los bebés cuyas madres no tomaban antidepresivos, que es prácticamente el doble de probabilidades.
¿Por qué hay más riesgo de autismo?
Las razones de que esto suceda no están claras, precisamente porque aún no está claro cuál es el mecanismo que desencadena la depresión. Durante mucho tiempo se ha pensado que se debe a un desequilibrio de ciertas sustancias químicas en el cerebro, en particular la serotonina, también conocida como "la hormona de la felicidad". Para tratar de restaurar esos niveles y volver a la normalidad, se administran los llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), pero como se ha visto que mucha gente no mejora demasiado, empieza a sospecharse que no es esa la causa real de la depresión (que la causa es otra, aún mayor, y que el desequilibrio de serotonina es solo una consecuencia de esa causa).
Estos fármacos, los ISRS, son los que más se relacionan con el autismo en el bebé. Se cree que sucede al atravesar la placenta y aumentar los niveles de serotonina en el bebé. En teoría, en la madre, a más serotonina, menos depresión, pero se ha visto que los niños con autismo tienen niveles de serotonina más altos de lo normal, y un aumento durante el embarazo, en un momento en que el cerebro se está desarrollando, podría impulsar el trastorno.
¿Y entonces?
Los autores no concluyen que lo mejor en caso de depresión de la mujer durante el embarazo sea no tratarla, sino buscar posibles alternativas durante la gestación para no tener que recurrir a unos fármacos que llegan al feto. Si tenemos en cuenta que una de cada cuatro mujeres tiene depresión durante el embarazo, está claro que necesitamos cuanto antes conocer los riesgos y beneficios de los tratamientos y las posibles alternativas.
Vía | IFLScience
Foto | iStock
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