El riesgo de cistitis durante el embarazo es mayor que en otras etapas de la vida de la mujer. Uno de los efectos de las hormonas producidas durante el embarazo (sobre todo de la progesterona) es el aumento de las secreciones vaginales.
Además, hay causas fisiológicas: el aumento del tamaño del útero hace que la vejiga se comprima, favoreciendo la retención de la orina y, con ello, el desarrollo de los gérmenes.
Asimismo, la presencia de glucosa en la orina, detectado en más del 70% de las futuras mamás, es otra de las causas que facilita el crecimiento de las bacterias.
Estos fenómenos, unidos a la bajada de las defensas inmunitarias, favorecen la aparición de infecciones vaginales e infecciones de orina, la más frecuente de las cuales es la cistitis.
La cistitis en el 80%-90% de los casos se debe al Escherichia Coli ("Colibacilo"), que está presente en nuestro tubo digestivo de forma normal y a veces, al ser eliminado por la orina, produce las molestias al orinar y las infecciones.
Se calcula que entre un dos y un ocho por ciento de las mujeres presentan gérmenes en la orina durante su gestación, aunque los síntomas no suelen manifestarse. Es lo que se conoce con el nombre de "bacteriuria asintomática".
Es muy importante que este tipo de infección se detecte a tiempo para que no evoluciones a cistitis o pielonefritis aguda, por ello se realizan análisis de orina a las embarazadas ya en el primer trimestre.
Ante la presencia de escozor o prurito intenso es necesario acudir al especialista para que determine su causa, siempre, pero especialmente durante el embarazo, pues velamos por la salud de dos y cualquier complicación podría revertir en la salud del feto.
Mediante los análisis indicados se concretará el tipo de infección y se prescribirá el tratamiento adecuado. De cualquier manera, y sin evitar que se acuda al ginecólogo ante la menor sospecha de infección, hay ciertos consejos para prevenir la cistitis leve y ayudar a superarla.
Remedios suaves contra la cistitis
Si el trastorno es leve, bastaría con no llevar pantalones ni ropa interior demasiado ajustada. Al contrario, conviene llevar ropa cómoda, holgada de algodón, y elegir medias en lugar de panties enteros, también como medida de prevención.
La higiene íntima debe ser cuidadosa y frecuente. Se recomienda usar productos no medicamentosos, ya que pueden acentuar la inflamación si se utilizan de forma inadecuada. Lo mejor sería utilizar un jabón con PH neutro o ligeramente ácido.
Si la futura mamá sufre cistitis, debe llevar una dieta rica en fruta y verdura para regular el intestino.
Además en caso de cistitis es conveniente beber agua de forma abundante. La ingesta abundante de agua es fundamental pues es un factor importante que la orina esté muy diluida para arrastrar los gérmenes que producen las cistitis.
Cuándo es más frecuente la cistitis en embarazadas
El riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta gradualmente a lo largo de los nueve meses. Además, la incidencia es mucho mayor en las gestantes de más edad, en las primerizas y en las mujeres que tienen embarazos sucesivos en intervalos muy cortos de tiempo.
En algunos casos, las cistitis recurrentes podrían estar debidas a factores hormonales o emocionales (estrés continuado...). Siempre ha de ser el médico especialista quien determine el tratamiento adecuado para la cistitis durante el embarazo.
Como conclusión, añadiremos que el riesgo de cistitis durante el embarazo es mayor sobre todo en las mujeres que han sido más propensas a tener este tipo de infección a lo largo de su vida.
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