La varicela y la rubeola son dos enfermedades víricas extremadamente peligrosas si se contraen durante el embarazo, pues la infección pasa a través de la placenta y puede comprometer el correcto desarrollo del bebé e incluso poner en peligro su vida.
Si hace unos meses hablábamos de lo que puede suponer contraer la varicela durante la gestación, hoy vamos a explicar cómo afecta la rubeola al embarazo y por qué es tan importante prevenirla a través de la vacunación.
¿Qué es la rubeola?
La rubeola es una enfermedad causada por un virus que se propaga a través del aire o por contacto directo. Los síntomas son normalmente leves, siendo comunes el malestar general, dolor de cabeza y fiebre, además de una erupción cutánea similar a la que aparece con el sarampión.
Se trata de una enfermedad muy contagiosa, pues la persona infectada puede contagiar incluso una semana antes de que aparezcan los síntomas (es decir, antes de saber que tiene esta enfermedad) y hasta una o dos semanas después de que hayan desaparecido.
Aunque la vacuna frente a la rubeola confiere una protección del 95%, según un informe publicado por el Servicio de Microbiología del Hospital General Universitario de Elche, se estima que entre un 2-3% de las personas adultas son susceptibles de contagiarse, siendo especialmente peligroso en el caso de las mujeres embarazadas.
Complicaciones de la rubeola en el embarazo
Las lesiones que presentan los bebés nacidos de madres que se han infectado de rubeola durante el embarazo abarcan desde importantes retrasos de crecimiento y desarrollo, hasta microcefalia, cataratas, alteraciones hepato-esplenomegalia, defectos cardiacos, sordera o meningoencefalitis, entre otras.
- Si la infección se produce en el primer trimestre, la posibilidad de transmitírselo al bebé es es del 90%, según indica la OMS
- Si la enfermedad se contrae entre la semana 13-16 de embarazo, las lesiones se presentan en un 16,7% de los bebés
- Si se contrae entre las semanas 17-20, el 5,9% de los bebés presentará defectos congénitos
- Si se contrae después de la semana 20, el porcentaje disminuye al 1,7%
No existe cura para el síndrome de rubeola congénita del bebé, aunque sí se pueden tratar los síntomas específicos que presente, en función de su grado y tipo de afectación. En este sentido, podría ser necesario ponerse en manos oftalmólogos, especialistas en audición, gastroentorólogos, cardiológos, hematológos...
Tratamiento de la mujer embarazada que contrae la rubeola
Si la mujer se infecta de rubeola durante el embarazo, el médico debe informarle de manera detalla de los riesgos que esto supone para el feto. El diagnóstico de infección en el bebé se puede realizar de dos formas:
Antes del nacimiento, mediante la presencia de anticuerpos IgM específica en la sangre fetal (esta prueba tiene su máximo rendimiento en la semana 22 de gestación), aunque un resultado negativo no descarta la infección. También se puede hacer un estudio del ARN viral del líquido amniótico o sangre fetal.
Después del nacimiento, por la presencia de anticuerpos en sangre. En el caso de lactantes con persistencia de anticuerpos IgG específica de rubéola después de 6 a 12 meses, también sugiere infección congénita.
En cualquier caso, no existe un tratamiento específico para evitar la rubéola congénita. El único tratamiento existente es el sintomático, destinado a aliviar los síntomas de la madre. En los casos en los que la embarazada se haya visto expuesta a la enfermedad sin inmunidad en etapas tempranas de la gestación, se podría indicar un tratamiento con gammaglobulina, aunque sus efectos beneficiosos no están claros.
¿Cuál es la incidencia de la enfermedad en el embarazo?
Antes de la comercialización de la vacuna en 1969, hasta cuatro niños de cada 1.000 nacidos vivos nacían con síndrome de rubéola congénita. Pero poco a poco la incidencia ha ido cayendo gracias a la vacunación.
Así, en Estados Unidos la rubeola fue declarada eliminada en el año 2004, y salvo algún caso aislado, no se han visto cuadros de rubeola congénita en bebés. En nuestro país, la tasa de inmunidad frente al virus de la rubéola en mujeres adultas se sitúa por encima del 90%, alcanzando hasta el 98% en algunas áreas geográficas.
En cualquier caso, es importante destacar que la vacuna de la rubeola no se introdujo de forma sistémica en España hasta 1980, alcanzando una cobertura vacunal superior al 80% en 1985. Por ello, hay todavía mujeres en edad fértil que no fueron vacunadas en su infancia frente a la rubeola y que de no haber pasado la enfermedad, están en riesgo si se quedan embarazadas.
Según la OMS, el mayor riesgo de síndrome de rubéola congénita se registra en los países en los que las mujeres en edad fértil no tienen inmunidad contra la infección, bien porque no han pasado la enfermedad o bien porque no han sido vacunada.
La vacuna contra la rubeola es la mejor prevención
La vacuna frente a la rubeola es la medida más eficaz para prevenir esta enfermedad, y afortunadamente está incluida en los calendarios de vacunación de la mayoría de países del mundo.
La vacuna de la rubeola forma parte de la triple vírica, junto con el sarampión y la parotiditis, y se administra en dos dosis: una primera dosis a la edad de 12 meses, y una segunda dosis de recuerdo entre los tres y cuatro años.
Si estás en edad fértil y no sabes si recibiste la vacuna en tu infancia y tampoco recuerdas haber pasado la enfermedad, acude a tu médico en el momento en que planees el embarazo. Mediante un análisis serológico determinará la presencia o no de anticuerpos en sangre. En caso de que no tuvieras anticuerpos, deberás vacunarte, teniendo en cuenta que no podrás quedarte embarazada en un plazo de cuatro semanas posteriores a recibir la vacuna.
Fotos | iStock
Vía | Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio - Ministerio de Sanidad, OMS, Redacción Médica, CDC - Rubeola y embarazo
En Bebés y Más | ¿No has pasado la varicela y tienes pensado tener hijos? Ve a tu médico y pídele la vacuna