Expertos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) han alertado de que el 70 por ciento de las mujeres de 35 años que viven en España no tiene hijos, porque la maternidad se alarga cada vez más en el tiempo. La edad de las mujeres provoca que hayan aumentado las tasas de Fecundación in Vitro (FIV) y de preservación de la fertilidad.
La Seguridad Social cubre los tratamientos de mujeres menores de 40 años (y hombres menores de 55) y que no tengan ya hijos en común. Pero si no se cumplen los requisitos, las parejas tienen que optar por clínicas privadas y pasar por altas situaciones de estrés financiero, ya que se arriesgan a gastar todos sus ahorros o pagar un crédito durante años, sin saber si va a funcionar. Esta situación es común en gran parte de países vecinos que no cuentan con asistencia sanitaria pública, que cubra la FIV.
Por eso, iniciativas como las de este centro irlandés, Sims IVF, son buenas noticias. La clínica reembolsa el dinero si la mujer no logra tener un bebé. Su objetivo es dar tranquilidad a las parejas y reducir el estrés financiero que, además del psicológico, no es secundario.
Tener un bebé, no solo quedar embarazada
Se trata de algo novedoso en las clínicas de FIV, y que pueden ayudar a las parejas: un programa de reembolso, llamado 'Access Fertility', disponible para las mujeres menores de 40 años que utilizan sus propios óvulos.
Hay diferentes niveles de reembolso están disponibles: 50%, 70% y 100 por cien de devolución del dinero, según la tarifa elegida al principio del tratamiento.
La tranquilidad que ofrece la clínica a los padres en que define el éxito como tener un bebé y no sólo quedar embarazada.
El programa incluye tres ciclos de FIV de embriones extraídos en el momento y un número ilimitado de ciclos de FIV de embriones congelados. Para hacernos una idea: una mujer menor de 35 años puede tener tres ciclos de FIV con un reembolso total de 15.000 euros.
Ash Carroll-Miller, CEO y fundador de Access Fertility, dijo al Irish Independent: "Nuestros programas eliminan la enorme incertidumbre financiera que puede convertir a la FIV en una opción de alto riesgo:
"Nuestros pacientes pueden comenzar el tratamiento con seguridad sabiendo que van a tener un bebé o que se les va a reembolsar su cuota. No terminarán en una situación en la que hayan gastado los ahorros de toda su vida en un tratamiento fallido."
El Dr. John Kennedy, director médico de Sims IVF, explicó al mismo medio que el programa de reembolso reconoce el hecho de que someterse a la FIV puede ser un momento estresante, tanto personal como económicamente. Que la pareja sepa que les devolverán el dinero si la FIV no tiene éxito "les permite centrarse en su salud y bienestar, en el tratamiento médico y en sus planes para cuidar a un bebé".
La infertilidad en España
La dificultad para tener un bebé afecta al 17 por ciento de las parejas españolas, que deben recurrir a técnicas de reproducción asistida para lograr el embarazo.
Los precios de los tratamientos de reproducción asistida varían en función de la técnica empleada y la clínica elegida, pero en todos los casos suponen un gran desembolso económico al que no todas las personas pueden hacer frente ni mucho menos.
Es cierto que través de la Seguridad Social también se pueden acceder a estos tratamientos, pero la lista de espera es de aproximadamente dos años (en algunas comunidades autónomas incluso de más), un factor a considerar si tenemos en cuenta que las posibilidades de fecundación disminuyen conforme la mujer avanza en edad.
No cabe duda de los altos costes de los tratamientos: desde inseminación artificial, FIV, FIV con microinyección de espermatozoides o con donación de ovocitos (la técnica más costosa). Por eso, el tema económico es uno de los principales obstáculos a los que se deben enfrentar muchas parejas que luchan por ver cumplido su sueño de ser padres. Y es que la infertilidad afecta física y psicológicamente a las personas.
Y es que según la mayoría de las parejas han pasado por el proceso de reproducción asistida, lo definen como una carrera de obstáculos que deben ir superando hasta llegar a la meta. Y en el camino se produce un gran desgaste tanto físico como emocional.
Decepción, frustración, estrés y llantos, pero al final, todas coinciden en que todo ha valido la pena. Hay parejas que tras intentarlo toda la vida no se rinden y logran convertirse en padres.
Pero pocos logran realizar el camino sin sufrir un gran estrés: al agobio por no lograr concebir de forma natural, se suma la preocupación de si lo conseguiré a través de la reproducción asistida. Algunos expertos lo comparan a un nivel de estrés similar al de un paciente enfermo de cáncer o de una patología cardíaca, hasta el punto que puede afectar de forma negativa en el éxito del tratamiento.
Por eso creo, que aunque la iniciativa de la clínica irlandesa (aunque tenga también su parte de marketing) puede al menos reducir parte de esa tensión; aunque sea solo la económica. ¿Qué opinas?
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